Para la legislatura 2015-2020, el 8,7% de la Asamblea
Legislativa —29 de las 332 curules entre suplentes y titulares— corresponde a
legisladores jóvenes. Una “cifra histórica” si se compara con otros periodos en
los que la representación fue menor.
Así lo establece un estudio del Fondo de Población de las
Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) denominado El rostro joven de
la Asamblea Legislativa Plurinacional, cuyos datos fueron recogidos este año y
que se publicarán a principios de 2016. La Razón anticipa algunos de estos
datos.
De acuerdo con el informe, solo desde el periodo legislativo
2006-2009 se pudo identificar la participación política de jóvenes en este
escenario. En ese entonces, se registró el 1,6%, en tanto que para el periodo
2010-2014 se evidenció un notable crecimiento que alcanzó al 5,9%. En los
periodos anteriores, la participación de menores de 28 años fue nula,
principalmente porque la legislación boliviana, específicamente la Constitución Política del Estado (CPE), lo impedía.
Cambio. “El cambio importante se produce a
partir de 2010, momento en el que se habilita a aquellos mayores de 18 años para
poder ser legisladores, al mismo tiempo que desde los partidos políticos se
empieza a incluir a jóvenes dentro de sus cuadros”, reseña el documento. Además
puntualiza que hasta 2009, con la antigua Constitución, la edad requerida para
ser legislador era de 25 años en el caso de diputados y 35 años en el caso de
senadores.
El gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) y los opositores Unidad Nacional (UN) y Partido Demócrata Cristiano (PDC), que
tienen representación en la actual legislatura, se han encargado de incluir en
sus listas de candidatos a figuras noveles en el marco de la vigencia de la Ley
de Juventudes que garantizó la participación de grupo etario en la política y
además fijó como el rango de edad del joven: 16 a 28 años.
En junio de 2014, previo a los comicios generales de 2014, La
Razón informó que de los 744 candidatos titulares a senadores, diputados y
representantes supraestatales inscritos por los partidos que participaron en los
comicios, solo el 10,7% (80) era joven.
Para ese proceso electoral, UD postuló la mayor cantidad de
noveles, no obstante, y tras las elecciones, el MAS obtuvo más jóvenes
asambleístas (20) respecto de sus contendientes que alcanzaron cifras menores.
El pacto UD consiguió ocho representaciones, en tanto que el PDC alcanzó una
curul. Justamente esta última silla es ocupada por Yesenia Yarhui, la
asambleísta más joven que juró al cargo a los 19 años. “Soy la parlamentaria más
joven de Latinoamérica. Nosotros podemos establecernos como buenos líderes y
generar perspectivas hacia el futuro porque tenemos la capacidad y preparación
para estos trabajos”, señaló.
No obstante, los frentes optaron por asignarles funciones de
suplencia. De los 29 que legislan en la actualidad, 20 son suplentes. Justamente
esa es la principal deficiencia que han identificado los jóvenes asambleístas.
Conforme a esas expectativas, demandan mayor apoyo en la formación de líderes
dentro de las organizaciones y la generación de una Agenda Legislativa de
Juventudes a través de un marco legal, que permita la renovación de cuadros
políticos.
En la región, Bolivia tiene más escaños
juveniles
La representación juvenil en la Asamblea Legislativa se
incrementó en la legislatura 2015-2020. Según un análisis comparativo efectuado
por la UNFPA, Bolivia ocupa el primer sitial en la región debido a que la
legislación habilita las postulaciones al Órgano Legislativo desde los 18 años.
Así, el país cuenta con mayor porcentaje de asambleístas
jóvenes (8,7), la mayoría mujeres, en comparación con Ecuador (5,1), el único en la región que tiene una legislación
similar a la boliviana. “Únicamente en Ecuador y Bolivia se tiene como edad
mínima para la postulación a cargos legislativos los 18 años, el resto varía
entre los 21 y 35 años, dependiendo de si se busca diputación o senaduría”,
precisa el documento.
Europa. De hecho son pocos los países que
consignan candidaturas juveniles. En Europa, los estamentos deliberativos de
España y Noruega registran el 1,4 y 7,1 de representación joven. La UNFPA
considera que “no solo basta con la norma para conseguir la inclusión de jóvenes
como autoridades legislativas, sino que por detrás están temas como el interés
de los mismos, las posibilidades de ser parte de organizaciones sociales o
estudiantiles desde corta edad”.
En ese escenario, los jóvenes demandan mayores espacios de
participación política, a pesar de los avances que se registraron en este último
periodo. Los frentes han instalado, por ello, espacios de formación y
capacitación para preparar a sus nuevas generaciones.// La
Razón.com
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