"Impertinentes”, "desubicadas” pero por sobre todo "altamente
machistas y homofóbicas”. Así han calificado los bolivianos en redes sociales, y
algunos especialistas consultados por Página Siete, las recientes declaraciones
del presidente, Evo Morales, sobre la vida sexual de la ministra de Salud,
Ariana Campero.
"No quiero pensar que es lesbiana”, le decía Morales a Campero
la mañana del 16 de noviembre, durante un acto público en Trinidad (Beni). La ministra, quien días antes fue víctima de otras
burlas sobre su vida privada por parte del vicepresidente, Álvaro García
Linera, y meses atrás por el candidato a la alcaldía de Yacuiba, Carlos
Brú, ese día no se pronunció sobre las palabras del Jefe de Estado.
Este tipo de expresiones -sumada a otras que expresó Morales
desde 2008- se convirtieron en un rasgo recurrente en su discurso, sostienen los
especialistas consultados; esto -agregan- pese a que en reiteradas oportunidades
habría presumido que su Gobierno estaría trabajando en la igualdad y paridad de
género.
"Morales tiene un discurso misógino, machista y homofóbico.
Recordemos que no sólo se hizo la burla de la Ministra, sino de otras mujeres
que trabajan con él y que son su equipo”, advierte Elizabeth Machicao,
pedagoga, activista y experta en temas de violencia hacia la mujer.
La
alusión de Morales a Campero en Trinidad no tardó en ser condenada por
ciudadanos, periodistas, activistas y líderes de opinión en las redes sociales.
De hecho, la polémica reactivó el debate sobre la homofobia y el machismo, aún
muy vigentes en el país.
Tras una intensa jornada de "críticas virtuales”, Morales
terminó disculpándose. En una nota difundida por el Ministerio de Comunicación
dijo: "Decir, preguntar o pensar si alguien es lesbiana o gay no es insulto, ni
ofensa. Yo y el Gobierno no tenemos nada en contra de las opciones sexuales de
nadie. Respetamos la diversidad, y así lo decimos en nuestra Constitución Política del Estado. Me disculpo humilde y
sinceramente. No fue mi intención ofender a nadie”.
La respuesta dejó sabor a poco. "No se dijo, preguntó o pensó
nomás, se dijo claramente: ‘No quiero pensar que…’”, cuestionó el periodista
Miguel Vargas desde su cuenta de Facebook. Dos días después del incidente,
Campero aceptó públicamente la disculpa de Morales.
El machismo es una "actitud de prepotencia de los varones
respecto a las mujeres”, se lee en el diccionario de la lengua española. Es una
ideología que engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y
creencias que "promueven la negación de la mujer como sujeto indiferentemente
de la cultura, tradición o contexto”. En tanto que la homofobia es la aversión
contra hombres y mujeres homosexuales.
Evo y sus polémicas
"Yo dije alguna vez que acabo mis años de gestión con mi cato
de coca, mi quinceañera y mi charango”, expresó el presidente en 2008 para,
luego, dos años después arremeter contra la comunidad gay. "El pollo que
comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen
esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres”.
En un artículo publicado en el diario español El País, el
periodista y analista político Fernando Molina ofrecía un listado de las
declaraciones de Morales que han causado polémica: "Perforadoras o perforadas,
díganme”, preguntó a dos jóvenes durante una visita a un pozo petrolero en 2012,
provocando una carcajada general.
"Cuando estuve en Cochabamba las compañeras me decían:
‘Mujeres ardientes, Evo presidente’, ‘Mujeres calientes, Evo valiente’, ‘Mujeres
aguantan, Evo no cansa”, contó en otra ocasión. Y también: "Cuando voy a los
pueblos, quedan todas las mujeres embarazadas y en sus barrigas dice ‘Evo
cumple”.
"Todo ello oficializa la práctica del machismo envuelto en un
discurso progresista que en los hechos sólo aumenta la vulnerabilidad de las
mujeres frente a la violencia institucional y social”, sostiene la concejal
Cecilia Chacón. Página Siete solicitó entrevista con la presidenta de la Cámara
de Diputados, Gabriela Montaño (MAS), para hablar del tema; no obstante, desde su oficina la
excusaron argumentando problemas familiares.
Para Jaime Tellería, experto en masculinidades y coordinador de
la plataforma Cistac, Cuerpo Territorio, "la incoherencia es uno de los rasgos
del machismo”. De ahí se entiende que el presidente Morales se haya definido
alguna vez como "un feminista aunque con chistes machistas”.
Un país violento
"Las alusiones o manifestaciones del presidente terminan siendo impertinentes por la coyuntura que vive el país respecto al feminicidio”, manifiesta Machicao.
Bolivia es el país de América Latina con mayor número de casos
de violencia física contra las mujeres y el segundo con mayor índice de
violencia sexual, según un estudio de Naciones Unidas.
El organismo establece que el 80% de los casos de violencia
sexual denunciados en 2014 no tuvieron ningún proceso judicial, es decir que
esos casos "están en absoluta impunidad”, pese que en 2013 el Gobierno promulgó
la Ley 348 para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia. Se estima
que en el país siete de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia y
que, en promedio, cada cuatro días muere una mujer, víctima de feminicidio.
Punto de vista - Cecilia Chacón, Concejal de La Paz
"Reproduce roles descalificadores”
Durante los últimos años la participación política de las
mujeres ha aumentado consistentemente gracias a la lucha de las organizaciones
feministas y movimientos populares; sin embargo, la brecha entre mujeres y
varones en puestos de decisión tanto dentro como fuera del estado es todavía
enorme en el país.
Por ejemplo la investigación de Ximena Soruco, publicada por la
Vicepresidencia, muestra que en el nivel nacional la relación mujeres-hombres
era de 48 a 52% al 2013; este mismo indicador en 2001 era de 46 a 54%, lo que
significa que la brecha solo se redujo en 2 puntos porcentuales; si lo vemos a
nivel municipal, la relación al 2001 era de 21 a 79 y hasta 2013 se redujo de 33
a 67, lo que evidencia pocos cambios a nivel local.
A esta situación se suma la contradictoria política
gubernamental que por un lado adopta un discurso de reivindicación de las
mujeres y aprueba leyes como la 348 y por otro no asigna presupuestos o
personal suficientes para su cumplimiento, mientras agrede abiertamente a las
mujeres reproduciendo estereotipos y roles descalificadores que alimentan e
incitan a la violencia, de manera que no se había presenciado en décadas de
democracia.
A las declaraciones del presidente y vicepresidente, a las del
senador Ciro Zabala, y a las reiteradas denuncias por abuso deshonesto o
violación contra alcaldes, concejales y diputados oficialistas que quedan en la
impunidad, se suma el triste silencio de las mujeres del MAS, exponiendo lo
que parece ser una política misógina institucionalizada y legitimada dentro del
partido gobernante.// Página Siete.bo
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