La amazonía brasileña es la región más devastada por la
deforestación, y en los países andinos las “presiones generadas por la
explotación económica se concentran en algunas cabeceras de macrocuencas, lo que
significa un mayor riesgo para los bosques y también para los cuerpos de agua,
en cuando a calidad y cantidad”. Las cuencas de los ríos Mamoré y Beni han
sufrido las mayores pérdidas de bosque por deforestación.
Los datos están dentro del estudio “Deforestación en la
amazonía (1970-2013)”, elaborado por investigadores de la Red Amazónica de
Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Guyana, Guyana Francesa y Surinam para
caracterizar la pérdida de bosques en la región.
Robert Müller, Saúl Cuellar y Daniel Larrea, responsables del
informe de Bolivia, afirman: “Hidrológicamente la Amazonía boliviana comprende
17 sistemas hidrológicos o cuencas. Entre ellas, las cuencas de los ríos Mamoré
y Beni superan los 100 mil km2 de superficie y son las que al cabo de 43 años
(1970-2013) han sufrido las mayores pérdidas de bosque por deforestación”. Esto
es en el Mamoré más o menos 15,6 mil km2 de bosque, 14% de la superficie de la
cuenca; y en el río Beni un aproximado de 2,9 mil km2, 2,7% de la superficie de
la cuenca. Entre los años 1970 y 2000 la cuenca del río Mamoré fue la que
experimentó mayor deforestación, seguida por la cuenca del río Beni y la del río
Itonomas, pero esa tendencia se mantuvo para el periodo 2000-2013.

Desde el 2000 la ganadería es la principal causa de
deforestación en el país, y se estima que entre 2005 y 2010 fue responsable del
60% de los desmontes. ¿Cómo dar solución a esta situación? “La ganadería es
independiente de los factores ambientales –continúa el informe… Los principales
factores para su expansión son la influencia del Brasil, la inversión extranjera
y la posibilidad de exportación. Los estudios revelan que en el futuro este tipo
de uso del suelo implicará la mayor amenaza para los bosques bolivianos”.
Para el estudio se revisaron los patrones de asentamiento
precoloniales y los diferentes movimientos de ocupación contemporánea de la
región, que empezaron hacia 1930 con políticas estatales de modernización del
agro, vías de colonización y deforestación. Con imágenes satelitales se analizó
la deforestación hasta 2000, y posteriormente los cambios con detenimiento en el
2005, 2010 y 2013.
Para los autores, “la armonización de las agendas encontradas
–“ambientalista” vs. agrarista— es uno de los principales desafíos en la agenda
de tierras” en el país, aunque por ahora el patrón de uso de suelos para tareas
agropecuarias no tiene visos de cambiar.
“De toda la historia de ocupación de la Amazonía (sudamericana)
se considera que hasta un 9,7% de la región habría sido deforestada hasta el año
2000, y que entre ese año y el 2013 dicho porcentaje subió a 13,3%, lo que
representa un incremento de 37% en 13 años”, dice el informe.//
PIEB.com.bo
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