COLORIDO CAMOTE
El camote es un súper alimento por sus increíbles beneficios
para la salud. Famoso por su alto valor nutritivo, previene el cáncer de
estómago, las enfermedades del hígado y retarda el envejecimiento, de acuerdo al
Centro Internacional de la Papa (CIP).
Según los investigadores, se ha determinado que el camote de
color anaranjado tiene un alto contenido de betacaroteno, quizás el mayor
encontrado en un alimento; es un precursor de la vitamina A, tan necesaria para
todos y cuya carencia causa ceguera en millones de niños en todo el mundo.
El camote de pulpa morada retarda el envejecimiento por tener
propiedades antioxidantes y un alto valor vitamínico y proteínico, superior al
de la papa, declaró Daniel Reynoso, investigador del CIP. Con el pigmento morado
también en la pulpa, se presenta como una súper comida con propiedades
anticáncer y antienvejecimiento.

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Cumple con la necesidad diaria de vitamina A.
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Proporciona cerca de un tercio de la vitamina C que necesitas todos los días.
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Tiene tanta fibra como la mitad de una taza de avena (de grano entero).
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Un camote mediano tiene sólo 100 calorías.
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Muy rico en betacaroteno, que es un antioxidante importante.
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Gran fuente de hierro.
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Incrementa la inmunidad.
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Ayuda a perder peso por la sensación de saciedad por más tiempo.
Poderosa quínoa
Itziar Digon, coach nutricional aseguró en el diario El País
que la quínoa “es uno de los alimentos más sanos que existen, ya que nos aporta
la mayor parte de sus calorías en forma de hidratos de carbono complejos y
además contiene un buen porcentaje de grasas insaturadas y proteínas. Estas
últimas tienen todos los aminoácidos esenciales y además los posee de tal forma
que son fácilmente digeribles por lo que el cuerpo los aprovecha mejor”, comenta
la experta. Pero eso no es todo, “al consumir quínoa aportamos al organismo el
20% de la fibra que necesitamos al día y además esta fibra provoca una rápida
sensación de saciedad, por lo que es perfecta para ayudar a las personas que
quieren bajar de peso”. Bondades que han sido corroboradas por un estudio de la
Public School of Health de Harvard, que ha llegado a la conclusión de que
tomando un bol diario de quínoa conseguimos reducir hasta en un 17% el riesgo de
muerte prematura por cáncer, infarto y diabetes.
Es una de las mayores fuentes vegetales de proteínas y contiene
vitaminas del complejo B, C y E, además de fósforo, hierro, magnesio y calcio.
No contiene gluten, ni colesterol, por lo que reduce los niveles de colesterol y
glucosa y te ayuda a bajar de peso; reduce el riesgo de padecer enfermedades del
corazón y diabetes. Asimismo, alivia migrañas y disminuye la presión sanguínea,
ya que es rica en magnesio; mejora la transmisión de impulsos nerviosos, regula
la temperatura corporal, desintoxica el organismo y ayuda a la formación de
dientes y huesos sanos. La quínoa también proporciona gran cantidad de energía
porque contiene riboflavina (vitamina B2) que mejora el metabolismo dentro de
las células del cerebro y los músculos.

Amaranto, un grano ancestral
El principal valor del amaranto recae sobre sus propiedades
nutricionales, que le han permitido ser considerado como uno de los alimentos
mejor equilibrados en contenido de proteínas, vitaminas y minerales, con una
rica presencia de fibras dietéticas, grasas saludables y aminoácidos.
El amaranto tiene un alto valor nutricional, su grano contiene
entre un 13 y 18% de proteína. Su proteína se ha comparado en algunas ocasiones
con la de la leche, ya que tienen el mismo contenido de lisina (un aminoácido
esencial); por otro lado el amaranto tiene casi el doble de lisina que el trigo
y tres veces más que el maíz.
Asimismo, las semillas de amaranto son una fuente importante de
proteínas vegetales, unas proteínas valiosas “por su extraordinaria
concentración de aminoácidos esenciales y porque son bajas en grasas”, afirma
Itziar Digón.

¿La mejor manera de incorporarlas en nuestra dieta?
Añadiéndolas en guisos, sopas y cremas de verduras; espolvoreándolas en una
tostada de pan de centeno con aceite de oliva o tomándolas de tentempié entre
horas.
El chuño, la ‘papa eterna’
El chuño es un ingrediente imprescindible en los platos típicos
del altiplano, lugar al que originalmente pertenece. “El chuño original es el
negro, el blanco es la tunta, que a diferencia del chuño se deshidrata más
tiempo para que adquiera el color blanco”, explica la nutricionista Sandra
Gramont.
Es un alimento, al que se le atribuye desde funciones
alimenticias hasta curativas y se comprobó que tiene compuestos antioxidantes
que pueden prevenir las enfermedades cardiovasculares, establece una
investigación que realizó el químico de alimentos Mauricio Peñarrieta y un grupo
de investigadores de la Facultad de Ciencias Puras de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Durante este trabajo,
Peñarrieta verificó que la cantidad de antioxidantes que contiene este producto
es superior, incluso, que la del coliflor. “Consumir unos cien gramos de chuño
equivale a 200 gramos de coliflor”, destaca Peñarrieta.

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