Bolivia, líder en participación ciudadana para la salud

La fuerza de la participación ciudadana da frutos en materia de salud en Bolivia. Experiencias exitosas ubican al país en un sitial preferencial respecto de otros países de la región, donde la intervención social para mejorar la calidad de la salud también es una práctica.

Bolivia Informa

Ésa es una de las constataciones del Primer Congreso Latinoamericano de Salud. “La verdad es que estamos muy avanzados, comparados con experiencias de países como México, Colombia y Chile, y se debe a la fuerza de la participación social”, argumenta Sergio Criales, gerente de Programas del Programa de Coordinación en Salud Integral (Procosi), constituido por 33 organizaciones nacionales e internacionales, y promotor del evento.

La participación ciudadana en el ámbito de la salud fue un tema que mereció un amplio debate en el marco del congreso que se desarrolló en La Paz, del 28 al 31 de marzo.

Brian Johnson, director de Proyectos de esta organización, complementa que “el liderazgo de Bolivia se centra, principalmente, en el ámbito de lo intercultural”. Es decir, el trabajo que se realiza en poblaciones indígenas y comunidades campesinas, donde existen elevados indicadores de pobreza.

Criales explica que los representantes de los estados, de ONG y otras entidades que trabajan en el área de la salud en la región, volcaron sus experiencias en 29 mesas de trabajo. Las conclusiones y recomendaciones se constituirán en insumos para el diseño de políticas públicas o el ajuste de las ya existentes.

“Se compartieron experiencias probadas que son muy valiosas para replicarlas, porque más allá del discurso, lo que se ha visto son resultados efectivos”, añade Criales.

Recuerda que en Bolivia la participación social en temas de salud no es sólo un modelo de iniciativas de algunas organizaciones, sino que es parte de la nueva política de salud que se está implementando desde el 2008, y que más adelante será parte del Sistema Único de Salud (SUS) que proyecta ejecutar el Gobierno.

En ese marco, sostiene que después de tres años se ha podido compartir experiencias bolivianas que han permitido reducir tasas de mortalidad materna, infantil y enfermedades diarreicas, pero que por sobre todo contribuyeron al bienestar y calidad de vida de la población a través del de- sarrollo de conductas saludables.
Johnson dice que una experiencia positiva y muy sencilla es, por ejemplo, “la importancia de lavarse las manos”.

“En el campo no hay pilas, y las mujeres y niños quieren tener el agua más a su alcance para practicar el lavado de manos. Es en ese sentido que se ha diseñado un proyecto con botellas desechables, que permite a los pobladores abrir el envase y lavarse las manos; los niños, por ejemplo, aprenden a hacerlo después de jugar o antes de comer”.

El proyecto se ejecutó en dos municipios e incluye a 49 comunidades y dos pueblos indígenas. Para su puesta en marcha se capacitó a 94 maestros de 53 unidades educativas y cuatro núcleos escolares.

Experiencia que redujo mortalidad

En Bermejo (Tarija), una experiencia positiva a partir de una acción coordinada entre la comunidad y el personal de salud, logró que el municipio incluya en su presupuesto para la gestión 2011 el fortalecimiento de la red de salud obstétrica y neonatal para atenciones de emergencia. Este esfuerzo conjunto “facilita salvar la vida de las madres y de las wawas”, sostiene Juan Rioban, responsable del Proyecto. Según Rioban, el fortalecimiento de la red contó con el apoyo de Usaid y la comunidad logró que el municipio presupueste     Bs 5,5 millones.

La gente empieza a entender que la prevención es salud

“El concepto de salud como ausencia de enfermedad ha quedado obsoleto y la ciudadanía está empezando a comprender que existen muchos factores que pueden prevenir que las personas se enfermen”.

La afirmación corresponde a Brian Johnson, gerente de Proyectos de Procosi, quien explica que el cambio en el paradigma está asociado a la implementación de una política sanitaria denominada Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI), que se aplica en 30 municipios del país.

Sostiene que en el marco de este programa, lo que se hace es involucrar a la población en la problemática. De esta manera, la población del lugar elige a una persona que de forma voluntaria se capacita y realiza seguimiento a algunas de las necesidades más importantes de la población.

“Esta persona identifica si hay una persona enferma y la deriva al médico, y ve que la compañera que está embarazada acuda a sus controles prenatales, por ejemplo”.

Este voluntario, agrega,  también organiza a la población para que se reúna en talleres o en asambleas donde es capacitada y, a partir del debate, define cuáles son sus prioridades en materia de saneamiento, acceso al agua, vivienda, medio ambiente y otros factores que condicionan o influyen para que la gente de-   sarrolle enfermedades.

“Todos somos corresponsables; no sólo el médico que sea bueno para atender a la gente, sino también que ellos tienen que cuidar su salud”.  Una de las conclusiones del congreso de Salud es que se debe fortalecer las capacidades de los actores sociales y generar las condiciones para que puedan negociar sus demandas.

Conclusiones del congreso de salud L.A.
1. Inequidad
La región con mayor inequidad
Latinoamérica es la región del mundo con mayor inequidad de género, generacional y cultural, lo que tiene impacto directo en el estado actual de la salud en cada uno de los países.
2. Prevención
Salud no es sólo enfermedad
Cada vez es más claro que la salud no puede ser comprendida sólo como la ausencia o presencia de enfermedad. Todas las condiciones sociopolíticas son determinantes.
3. Participación
Salud es, sobre todo, responsabilidad 
Si bien la salud es un derecho de todos, también se debe trabajar para que se comprenda que es una responsabilidad conjunta, donde la participación ciudadana es fundamental.
4. Cultura
Diferentes intereses edifican soluciones
La participación no puede ser comprendida sólo como estrategia de intervención, sino como cultura participativa, donde las diferencias de intereses, a nivel local, construyen soluciones.
5. Poder
Salud es sobre todo ejercicio del poder
Resolver los problemas de salud se trata, en definitiva, de un ejercicio del poder en sus diversas expresiones. Las decisiones políticas son una de las principales determinantes de la salud. 
6. Alimentos
Se deben desarrollar políticas preventivas
Es necesario desarrollar políticas intersectoriales de prevención y mitigación de daños, generar sistemas de protección y de seguridad alimentaria, con prioridad para grupos vulnerables.

La Razón

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