Palos Blancos es otro mercado de chutos; provee al norte paceño

Es sábado y llueve en el municipio de Palos Blancos, al norte de La Paz. En el sector denominado Pueblo Viejo se desarrolla una feria de vehículos; la característica de éstos es que ninguno tiene placa, son modelo Ipsum, de la década de los 90.

Este mercado, ubicado en la plaza principal de la zona San Antonio, donde fue fundado el pueblo, es un nuevo punto de provisión de automóviles chutos para el norte de La Paz y los Yungas, coinciden comunarios y vendedores de los motorizados.

Autos chutos en BoliviaEl precio de los coches fluctúa entre $us 4.000 y 5.000. En la feria 16 de Julio de El Alto el mismo tipo de vehículos se oferta en al menos $us 10.000 y en Palos Blancos, según la indagación de este medio, un coche con papeles llega a costar $us 14 mil.

Los pobladores prefieren el modelo Ipsum porque es espacioso y transita aun en terreno lodoso en temporada de lluvias. Otros mercados están en Caranavi, La Asunta e Irupana. Anteriores investigaciones periodísticas revelaron la existencia de zonas de venta ilegal en Uncía (Potosí) e Ivirgarzama (Cochabamba).

Pero en Caranavi y Palos Blancos no solo se venden coches chutos, sino que éstos circulan libremente por esas jurisdicciones. Incluso llegan a Rurrenabaque y Yucumo (Beni). En la parada de motorizados de Palos Blancos, emplazada en la avenida La Paz, hay servicio a esas poblaciones.

La máxima autoridad local, el alcalde Nazario Escóbar, reconoce que los propietarios de los coches que prestan este servicio ponen en riesgo la vida de los pasajeros pues, por su condición, carecen de SOAT, el seguro en casos de accidente.

Solo en los diez kilómetros de distancia entre el cruce de Sapecho, población ubicada en la vía principal a Beni, y Palos Blancos, unos 35 automóviles transitaban sin placa en un solo sentido de circulación de la vía.

Una vez en ese municipio, otra treintena de coches estaba estacionado en la avenida La Paz. En Caranavi, una cantidad similar de vehículos esperaban pasajeros. En ambos casos, los coches con destino a la ciudad de La Paz, sí tenían placa.

Escóbar estima que en su jurisdicción circulan 15.000 vehículos, de los que unos 1.500 son chutos. En Palos Blancos habitan 26.354 personas.

Explica que 70% de los coches indocumentados es empleado como herramienta de trabajo, para el transporte de la producción de banano, yuca, arroz, cítricos y otros. El restante 30% se usa como medio de transporte público. Precisa que las federaciones de productores defienden a los asociados que utilizan esos vehículos, por lo que no puede hacer ningún control a fin de evitar su circulación y su comercialización.

“Yo como Alcalde que vaya a estrellarme en una reunión contra los 1.500 propietarios, me van a sacar tostando; qué autoridad me garantiza de que yo pueda decir que estos autos no van a trabajar, los vamos a reportar, enseguida me estarían colgando en algún poste, es un tema muy riesgoso y por eso nadie se atreve a reportarlos a la ciudad de La Paz o a donde corresponda”, afirma.

Pero asegura que, precisamente porque se trata de coches indocumentados, no se los registra ni se les dota de placas. La autoridad no niega que la feria de Palos Blancos sea un nuevo centro de suministro de chutos y responsabiliza a la Aduana Nacional de Bolivia por no hacer un control efectivo. “La presidenta de la Aduana Nacional, la señora Marlene Ardaya, que ponga cartas en el asunto para que los funcionarios no dejen pasar ningún vehículo chuto en la frontera; ahí está el error, si los autos no llegaran a Palos Blancos nadie compraría, entonces, ¿quiénes son culpables?, ellos”, manifiesta.

Al respecto, esa entidad respondió escuetamente que “continúa aplicando la estrategia de capturar vehículos en las carreteras, en sectores de frontera y en allanamientos”. Y pidió remitirse a las declaraciones de Ardaya del 13 de marzo en las que afirma que efectivos del COA priorizarán los patrullajes en las zonas fronterizas, sin dejar los allanamientos previo trabajo de inteligencia.

No se sabe por dónde ingresan

Ruta

El alcalde de Palos Blancos, Nazario Escóbar, desconoce la ruta que utilizan los chuteros para internar vehículos a su jurisdicción.

Actividad

La autoridad edil asegura que son los mismos pobladores o los hijos de éstos los que se dedican a esa actividad ilegal.

Negocio

Escóbar dice que no autorizó la venta en la zona San Antonio del denominado Pueblo Viejo, pero tampoco puede prohibirla.

Riesgo

Según testimonios, la mayoría de quienes conducen estos motorizados sin placa no tiene licencia de conducir; nadie controla.

Pese a control revenden carburantes

La reventa de combustibles está prohibida, según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), pero en Palos Blancos hay puntos de comercialización de gasolina y otros carburantes fuera de la estación de servicio, que proveen del producto a vehículos chutos, incluso al doble del precio oficial.

Pobladores de ese municipio coinciden en que los revendedores compran carburantes en turriles y luego lo comercializan incluso al doble de su costo, principalmente en época de lluvia, cuando no llegan las cisternas por el mal estado de los caminos.

El alcalde de Palos Blancos, Nazario Escóbar, dice que “la gente se da modos para poder adquirir el combustible”.

Explica que en ese territorio, el sistema de la agricultura ya no es manual, sino mecanizado en casi 95%, por lo que los dueños de las maquinarias compran los 20 litros de gasolina que les está permitido, pero “de ahí desvían para los autos chutos, es difícil controlar esa situación”.

El director técnico de Transportes y Comercialización de la ANH, Northon Tórrez, explica que la venta de gasolina y otros carburantes en las estaciones de servicio a particulares está permitida siempre que sea para maquinarías agrícolas.

Pero insiste en que la reventa está prohibida y que quienes se dedican a esa actividad incurren en el delito de agio y especulación, de acuerdo con la ley 100. Manifiesta que se hacen controles en diferentes jurisdicciones, pero no pudo precisar cuándo se hicieron operativos en Palos Blancos.

Escóbar recuerda que para controlar esa comercialización, el municipio intentó llevar adelante un registro de los agricultores que tienen maquinaria, “pero no se puede, es difícil controlar”.// La Razón (COM)

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