Historias: "Crié a mis tres hijos mientras trabajaba"

Arminda Canaza es zapatera: "Crié a mis tres hijos mientras trabajaba"

Quienes la conocen dan fe de la dedicación y afecto que siente por sus tres hijos: Rolando (24), Donato (23) y Araceli (10), a los que vieron crecer mientras sus padres trabajaban.

Siempre fuera de casa, pero con sus retoños. Desde hace dos décadas, la rutina de la mujer se resume a levantarse temprano para preparar el almuerzo y trasladarse con su familia hasta su lugar de trabajo, ubicado a dos cuadras de la avenida Tres Pasos al Frente y cuarto anillo. "Debo llevar todo hecho porque no da para ir dos veces. Es que cuando Roberto empezó en esto, no teníamos casa", dijo la mujer, que radica en el barrio Primavera, en la zona del Plan 3.000.

La necesidad de buscar un trabajo llevó a la pareja a migrar desde Oruro a Santa Cruz y aunque en un principio él trabajó como albañil, luego se dedicó a la zapatería, oficio que no abandonó hasta la fecha. Ella no se queda atrás en esta habilidad, ya que sabe de puntadas, arreglos y refacciones. "De tanto mirar y acompañarlo aprendí lo básico, aunque él dice que lo hago bien. Los clientes tampoco se quejan", dice sonriendo.

Ella confiesa que las circunstancias que atraviesa y la lejanía de su trabajo hasta su casa impiden que esté más tiempo en su domicilio, aunque afirma que esto no imposibilita que atienda a sus hijos. "Nunca los he dejado, siempre los he tenido aquí conmigo, aunque ahora solo la menor viene acá, pues los más grandes ya trabajan y van a la 'U'", expresa con orgullo.

"Uno de ellos ya es bachiller y el otro está en la Normal, la menor me dice que quiere acabar y estudiar una ingeniería", dice emocionada, aunque no deja de ocultar que estos logros le han costado mucho sacrificio.

"Nada es color de rosas, ni se logra nada sin sacrificios. Todos hemos pasado muchas penas en contra del viento y la lluvia, pues no tenemos un techito. Dios va a querer que todo mejore y la zapatería crezca más", apunta.

__________

Madres bolivianasCleotilde López una madre luchadora social: “Quisiera brindarle más tiempo a mis hijos”

Por su labor como una de las dirigentes de los trabajadores en salud de Santa Cruz, se muestra como una mujer fuerte.

Sin embargo, basta charlar con ella cinco minutos para darse cuenta de su ternura y vulnerabilidad como mujer y madre.

Ella es Cleotilde López, a quien la sociedad ha visto como una de las mujeres cruceñas más combativas en la lucha del sector médico, para lograr la abrogación del decreto supremo 1126.

Una luchadora en la casa y en la calle. Lejos de su rol como dirigente del Sindicato de Trabajadores del Hospital San Juan de Dios, pocos saben la historia y los sentimientos que esconde detrás del coraje que debe contagiar a sus compañeros.

Es que su trabajo y su condición de madre soltera la obligan a alejarse de sus hijos Emanuel, de 10 años, y David, de 13, a quienes sólo ve los fines de semana.

"Fue muy difícil alejarme de ellos pero a veces debemos sacrificarnos para ver el futuro y el bienestar de ellos mismos", manifiesta.

La guardieña, de padre agricultor y madre comerciante, se inició como secretaria de la exdirigente Delicia Mendoza (+), de quien aprendió e imitó la valentía para luchar por los derechos de su sector. Por eso, hace seis meses sus compañeros no dudaron en apoyarla para que ocupara el rol de la fallecida líder.

Fue esta labor la que quizás influyó para tomar esa decisión.

"Con el tiempo se me hizo complicado darle el cuidado que se merecen pues debo viajar cada día de La Guardia a Santa Cruz y no podía dejarlos solos", cuenta, a tiempo de explicar que es la abuela de los niños quien se hace cargo de ellos.

"Ellos tratan de comprender, aunque con todos estos conflictos a veces se preocupan y me piden que tenga cuidado", dice.

La preocupación de sus niños se justifica luego de ver las confrontaciones en las que ha participado su mamá. En las últimas luchas del sector, participó de las diversas marchas, pese a estar recién operada de una hernia. Esto le valió que incluso sufriera el desprendimiento de sus heridas en una de las dos gasificaciones en las que acompañó a su sector.

Sin tiempo pero con mucho amor a sus críos. "Yo le he dicho que me gusta su trabajo aunque siempre le digo que se cuide. También me gustaría estar más tiempo con ella", dice Emanuel mientras mira fijo a su madre.

Estas palabras, calaron en la dirigente, que no ocultó sus lagrimas para decir el amor que siente por ellos "Saben que los amo, pero esto es por ellos. Cuánto no haya querido que las circunstancias fueran otras y darles más tiempo", expresa emocionada.

Sin embargo, a la vez se siente respaldada "Ella cuenta con nuestro apoyo porque es lo que gusta y sabe hacer", dice David el mayorcito.

Ambos se quedan con su abuela paterna en El Torno, mientras ella, que vive en La Guardia debe trasladarse cada día a su trabajo en la capital.// El Día

_

Publicar un comentario

0 Comentarios