Santa Cruz: La capital cruceña es una isla de calor, con zonas arbóreas de menor temperatura

mayor cobertura vegetal, léase de árboles, la ciudad de Santa Cruz de la Sierra tiene una mayor temperatura que se traduce en mejor clima para sus habitantes. Las temperaturas más altas están en el centro de la ciudad y la diferencia con zonas con importante densidad arbórea puede ser de hasta 8°C.

Las altas temperaturas provocan un consumo mayor de electricidad y agua en la capital, además de los problemas de salud que puedan traer a los adultos mayores, los niños y los enfermos. Fuera del verano que tiene temperaturas extremas, un día de condiciones típicas sin nubes es de 32°C en el centro de la ciudad, como el mercado 7 Calles, pero ese mismo momento marca 24°C en la zona del Jardín Botánico. El geógrafo especialista en clima e investigador asociado al Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, Jan Spickenbom, comenzó ayer revelando esos datos en una conferencia virtual sobre “La isla de calor de Santa Cruz – Desafío urbano en tiempos de cambio climático”, organizada por el Centro Simón I. Patiño.

Spickenbom ha estudiado la isla de calor en la capital cruceña, con resultados que “muestran una estrecha correlación entre la temperatura superficial y la cobertura vegetal en la zona metropolitana de Santa Cruz de la Sierra. Cuanto más alta, densa y extensa la vegetación, más fuerte es el efecto de enfriamiento y a la inversa, mientras menos vegetación, más alta la temperatura”.

Las zonas Los Sauces, el Jardín Botánico, laguna Guapilo, la Villa Olímpica, el club Las Palmas o los cañaverales de San Aurelio están entre los lugares con menor temperatura en la ciudad, por su mayor cobertura de vegetación. Las zonas arbóreas son tan importantes para bajar la temperatura que a la altura de la plaza Blacutt, en el centro de la ciudad, también existe una zona fresca debido a la presencia de árboles.

Las mediciones se hicieron con imágenes satelitales. El cálculo del NDVI (índice de vegetación de diferencia normalizada) mide la presencia de clorofila en las plantas sobre la superficie de la tierra y su actividad fotosintética, y se hizo a partir de imágenes de Sentinel 2 que absorbe luz infrarroja. El cálculo de la temperatura superficial fue tomado con información de Landsat 8.

La investigación muestra que existe un cambio abrupto entre la zona urbana y la zona periurbana, con mayor densidad de árboles, pero un hecho importante es que las nuevas urbanizaciones están empezando a generar sus propias islas de calor, como sucede con el Urubó.

Sobre estos y otros datos recopilados, Spickenbom explicó que entre las tendencias climáticas locales se puede ver que la temperatura media anual en la capital cruceña se ha incrementado en 1,3°C desde la década de los años 50 hasta la década 2010-2019, con un mayor incremento en los meses de septiembre y octubre con más de 2°C. Esto hace prever que hasta 2050, el incremento de la temperatura puede llegar a más de 4°C en época seca.

Para contrarrestar esta tendencia, que no es única sino que se enmarca en una constante del calentamiento global para las ciudades convertidas en islas de calor, el especialista propone varias tareas posibles de realizar a nivel de la gestión de la ciudad y la planificación de sus distintos componentes.

Desde una planificación territorial que fortalece el flujo de aire desde zonas periurbanas hasta el centro, pasando por incrementar las áreas verdes para potenciar un enfriamiento y atraer fauna, hasta implementar una zonificación a base de la funcionalidad ecosistémica. El transporte, la construcción y otros elementos de la ciudad pueden también ser ordenados y planificados en este contexto.// PIEB

_

Publicar un comentario

0 Comentarios