La Planta de Amoniaco y Úrea, ubicada en Bulo Bulo, Cochabamba, registró una pérdida de 34,4 millones de dólares durante las gestiones 2018 y 2019, de acuerdo con un análisis de la consultora Gas Energy Latinoamérica (GELA).
El informe de la firma presidida en Latinoamérica por el exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos muestra que en 2019 la planta registró una cifra negativa cercana a los 12,5 millones de dólares por la exportación de úrea.
El cálculo fue realizado al contabilizar las exportaciones en frontera, los gastos asociados de logística y transporte y un costo operativo de 7,5% del capital de inversión, además de que a la planta se le cobra el gas natural a 0,96 dólares el millar de BTU, es decir, un precio subsidiado.
En tanto que en 2018 registró una pérdida de 21,9 millones de dólares. Pero, si se contabiliza un precio de gas de exportación que podía haber recibido el país, de entre cinco y seis dólares el millar de BTU, la pérdida en 2018 alcanzaría los 47,9 millones de dólares, y en la gestión pasada estaría situada en 47,5 millones.
“Como se puede observar, el análisis realizado entre 2018 y 2019 (con datos de los tres últimos meses proyectados de 2019) es que la planta de úrea es una operación que no recupera ni los costos operativos y peor aun, el capital invertido que ronda los 1.000 millones de dólares”, dijo.
Acotó que las cifras negativas se repiten pese a tener precios subsidiados de gas a un costo de 0,96 dólares el millar de BTU, cuando por ese combustible destinado para la exportación se podría obtener ingresos de hasta seis dólares el millar de BTU.
“Es decir que es un elefante blanco que pierde plata hasta con gas subsidiado que podríamos exportarlo. Siempre manifestamos que la ubicación fue un capricho y que no se hicieron los estudios de factibilidad correspondientes antes de iniciar su construcción, peor establecer precontratos. Tampoco se tenía la logística para acceder a los mercados. Fue un proyecto netamente político”, afirmó Ríos.
La evaluación financiera de 2019 también da cuenta que se comercializaron 321.706 toneladas, por las que se obtuvo un ingreso de 78,7 millones de dólares, y se usó un volumen de gas de 214,4 millones de metros cúbicos. Con esas cifras, la capacidad anual de la factoría no superó el 42%.
En criterio de Ríos, antes de evaluar si se reanuda la operación comercial que en la actualidad está paralizada, se debe hacer los estudios correspondientes de cómo hacer que la planta opere a su capacidad de diseño; además, que tenga una logística impecable y de bajo costo.
También se debe tener establecidos precontratos de venta con Brasil, donde las vías de transporte son menos costosas y permitirán cubrir los costos operativos e incluso habrá una mínima recuperación del capital, que servirá para que YPFB pague el crédito del Banco Central.
“No es posible mantener empresas estatales deficitarias; de ser así, sólo se hará daño a YPFB y al país”, advirtió Ríos.
Los antecedentes
La Planta de Amoniaco y Úrea fue inaugurada el 14 de septiembre de 2017 y demandó una inversión de 953 millones de dólares. Tiene una capacidad de producción de 700 mil toneladas de fertilizante por año, cuyo mercado principal es el de Brasil.
Sin embargo, desde el inicio de operaciones hasta la fecha, la factoría opera por debajo de su capacidad instalada o no opera.
El lunes, trabajadores de la Ferroviaria Oriental denunciaron la paralización “repentina” del transporte de úrea producida en Bulo Bulo, para la exportación y comercialización en el mercado interno. Incluso informaron que el volumen de exportación bajó desde diciembre pasado.// Página Siete
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