La deuda externa en 2017 trepó a 9.428 millones de dólares, un 29,7% más que en 2016 y el Gobierno contrató 24 nuevos créditos, según datos consignados en un informe anual del Banco Central de Bolivia (BCB).
El incremento se originó por el importante flujo de desembolsos de 2.396,7 millones de dólares, que incluyen la emisión de Bonos Soberanos por 1.000 millones de dólares.
Sin embargo, también se contrataron 24 créditos de deuda por un total de 3.162 millones de dólares, que incluye la colocación de los títulos soberanos por 1.000 millones de dólares que serán destinados a proyectos de inversión pública entre los cuales se encuentran proyectos de salud y de infraestructura.
Estas obligaciones tienen una tasa de interés promedio ponderada de 2,5% y un plazo promedio de 21 años con el siguiente desglose por acreedor.
Durante la gestión 2017 el 53,9% de las obligaciones contratadas fueron pactadas a tasa de interés fija y el 46,1% a tasa de interés variable.
Los importes más significativos del total contratado se destinarán a diferentes proyectos de inversión pública que incluyen proyectos en salud y otra infraestructura), energía (destaca la construcción de la planta geotérmica Laguna Colorada) e infraestructura vial (destaca la construcción del corredor de conexión San Ignacio-San José en Santa Cruz), entre otros.
Estructura de la deuda
Según el informe del BCB a fines de 2017 se mantuvo la alta participación de los saldos adeudados con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con 27,2% y la CAF que representa el 25%.
Los títulos de deuda, como resultado de la última emisión de Bonos Soberanos, tienen una participación del 21,2% y se constituye en el tercer acreedor externo. Posteriormente y en menor medida se encuentra la República Popular China con un porcentaje de 7.6%.
Al 31 de diciembre de 2017, sólo el 24,6% del saldo de la deuda externa pública tiene carácter concesional, es decir largo plazo y bajas tasas de interés. Un 75,4% es deuda no concesional.
De acuerdo con el BCB, Bolivia ha dejado de ser una economía de ingresos bajos y pasó a la categoría de países de ingresos medios. “Esto permitió al país acceder a mayores recursos externos, a tasas de interés del mercado internacional (no concesionales), para el financiamiento de importantes proyectos de inversión pública”, destaca.
Servicio y riesgos
El servicio de la deuda en 2017 alcanzó 581,2 millones de dólares, de los cuales la amortización de capital sumó 330,1 millones de dólares y 251,1 millones intereses y comisiones.
Este año se prevé la cancelación de un mayor monto, 631,9 millones de dólares.
La fundación Jubileo advirtió que el Gobierno sigue gastando como en la época de bonanza a costa de endeudamiento. “El crecimiento tan acelerado de la deuda externa podría resultar en una situación de insostenibilidad en el mediano plazo y dejar un peso demasiado grande a las generaciones futuras”, apuntó.// Página Siete
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