En 1832, el jurisconsulto venezolano nacionalizado chileno
Andrés Bello, publicó la obra: “Principio del Derecho de Gentes”, considerado
como el primer libro de Derecho Internacional publicado en el continente
Americano. Por otro lado, el internacionalista argentino-uruguayo Carlos Calvo,
muchos años después imprimió el libro: “Derecho Internacional Teórico y Práctico
de Europa y América” y posteriormente, publicó la magna obra: ‘Colección
completa de los Tratados, Convenciones, Capitulaciones, Armisticios y otros
actos diplomáticos de todos los Estados de la América Latina’. De esta manera,
se estaba reglamentando y construyendo poco a poco las fuentes del Derecho
Internacional Americano.
Sin embargo, en el alejado altiplano boliviano los
multifacéticos escritores: José Rosendo Gutiérrez y Agustín Aspiazu no se
quedaron atrás y aportaron el primero, en 1862 y el segundo, en 1872 a la
codificación del Derecho Internacional de América Latina, con grandes obras
olvidadas por la historiografía nacional. Es en ese sentido, que en esta
oportunidad describiremos el aporte del segundo autor sugerido.
Agustín Aspiazu, fue un polifacético historiador, escritor,
novelista, poeta, científico, político, geógrafo, geólogo, pensador, jurista e
internacionalista, en síntesis, fue de los pocos sabios y enciclopedistas que
tuvo nuestro país en el siglo XIX.

Posteriormente, estudió derecho y luego se graduó como “abogado
de la Universidad Mayor de San Andrés, el 17 de octubre de 1853”3.
Sin embargo, mientras estudiaba leyes se incorporó a la Academia de Practicantes
Juristas, en 1849 y fue profesor desde 1850 de la materia de ciencias naturales
en el Liceo Bolívar y el Colegio Ayacucho de la ciudad de La Paz, inclinado en esta rama del saber humano
publicó dos años después su obra ‘Curso de Física’, el primero publicado en
Bolivia y junto a Bernardo Sanjinés y Juan Condarco, escribió en el periódico
‘El Estandarte’.
Tres años después, imprimió otra obra intitulada ‘Curso de
Historia Natural’. Sin duda, Aspiazu de esta manera “luchó contra el humanismo
escolástico, contra la retórica hueca, contra todas las formas arcaicas de un
saber caduco que ya no satisfacía la inquietud de conocimiento y de progreso de
los bolivianos cultos” 4.
Posteriormente, producto de su inclinación hacia la historia
prensó su obra: ‘Cien Fuegos. Descripción histórica’ y junto a otros
personajes “fundó del Colegio de Abogados” 5, en 1857. Un año después publicó el
libro: ‘El Gualterio, novela histórica’.
En 1859, se incorporó a la docencia uni-versitaria enseñando
Derecho Romano. Consecutivamente, dictó también las materias de Civil, Economía,
Política, Criminología y Derecho Internacional.
Posteriormente, Aspiazu fundó el ateneo ‘Bolívar’ y fue elegido
representante ante el Congreso de 1861; “amigo y partidario del Presidente José
María Linares votó contra José María de Achá en la elección en que eligió a éste
Presidente provisional de la República”6. Otro autor, señala que nuestro
personaje: “perteneció a la mino-ría de la Cámara… fue opuesto a la absurda ley
que declaró al argentino Ruperto Fernández, boliviano de nacimiento”7. Sin
embargo, como leal Linarista o correligionario del partido ‘rojo’, Aspiazu
durante la elección “censuró a los que no se despoja-ron de ‘sus inmundos
harapos’…Linares –dijo- como todos los presidentes de la República ha tenido
errores, excesos y de-masías, pero ha habido patriotismo, moralidad, pureza y
una pasión vehemente por la mejora de la Patria” 8.
Paralelamente, fundó el periódico ‘La Prensa’, con la finalidad
de hacer oposición al gobierno del Gral. Achá. Más adelante, en 1862, publicó la
obra: ‘Curso de Medicina Legal, redactado y arreglado de acuerdo a la
Legislación Boliviana’, primer estudio sobre esta materia impreso en el
país.
Luego fue elegido Diputado por La Paz, en 1863 y 1864. Durante
este último año, publicó su libro: ‘Biografía de D. Clemente Díez de Medina,
coronel de la In-dependencia’. En la cual narra la vida de un patriota
boliviano, que combatió por la independencia de Bolivia, desde la Revolución del
16 de julio de 1809, hasta la Batalla de Ayacucho, acaecida en 1824.
También, junto a Belisario Salinas fundó el periódico ‘La Causa
Americana’, con la intensión de dar a conocer el americanismo generado contra
España, que intentaba re-conquistar sus antiguos dominios.
En 1866, Agustín es elegido nuevamente Diputado Nacional, pero
“negó su concurrencia como una actitud de protesta no sólo contra la opresión
política, sino también contra la cesión de territorios nacionales al Brasil”9.
Sin embargo, Aspiazu fungió también la función de Cancelario de la Universidad
Mayor de San Andrés (1867-1868) y luego se exilió en Tacna (Perú), para no ser
participe en la aprobación del Tratado de Límites suscrito con el Brasil. En la
citada ciudad publicó la obra: ‘Teoría de los Terre-motos. Discurso pronunciado
en su incorporación a la Sociedad Porvenir del Pueblo’, en 1868.
Posteriormente, retornó al país de manera clandestina y se
asoció al ‘Club Popular’. Más adelante, a inicios de 1871 mientras el tirano
Melgarejo regresaba a La Paz procedente de Oruro, Aspiazu junto a Leonardo
Lanza presentaron dos planos de fortificación de la ciudad de La Paz, los cuales
fueron aprobados más adelante en defensa de los amotinados los cuales lo
nombraron Superintendente de barricadas. Tras muchos días de una gran refriega
intestinal, el 15 de enero de 1871, es derrocado el tirano, con el dramático
costó de: 1378 compatriotas fallecidos procedentes de ambos bandos.
Sobre este hecho, Aspiazu publicó el folleto intitulado: ‘El
Día magno de La Paz’, que es una relación histórica sobre la citada jornada. De
este escrito podemos rescatar la idea sobre ‘tiranía’, que es válida en todo
tiempo: “…la patria no es una divinidad mitológica, creada por la imaginación
del poeta, ni figurada por el pincel del artista. La patria es el conjunto de
seres de muestras más caras afecciones. La tiranía es su muerte: es el
sufrimiento incesante del ciudadano, del amigo, del hermano, de la mujer, del
padre y de la familia…” 10.
Durante este año, el Presidente Gral. Agustín Morales, convocó
a una Asamblea Constituyente la cual fue presidida por Agustín Aspiazu, dicho
Congreso resolvió el 18 de junio, que la Presidencia Provisoria de la República
la siguiera ejerciendo Morales y desconoció todos los actos administrativos
sancionados por el gobierno de Melgarejo. En lo político, en dicho Parlamento
también se inició la discusión sobre la forma de Gobierno entre el federalismo y
unitarismo, que tuvo como resultado planteamientos importantes.
Por otro lado, Aspiazu junto a los diputa-dos Mariano Reyes
Cardona, Evaristo Valle, José Manuel del Carpio, Eulogio D. Medina y Félix Reyes
Ortiz, presentaron y publica-ron, un: ‘Proyecto de Constitución Política de
Bolivia presentada a la Asamblea Constituyente’.
En 1872, mientras ejercía las funciones como presidente del
Consejo Municipal de La Paz, publicó en New York (EE.UU.), su magnífica obra:
‘Dogmas del Derecho Internacional’, que le dio el título de “pre-cursor en
América de los trabajos de codificación del derecho de gentes”11. La cita- da
obra terminó de ser escrita en 1870 y tuvo como objetivo el: “consignar los
principios en el estado actual en que se encuentra la ciencia” 12, es decir, que
en cuatrocientos setenta y dos artículos, planteó cánones “básicos de la
convivencia internacional” 13, de la época.
Las primeras páginas de la obra describen en un valioso estudio
el concepto de la ‘soberanía de las naciones’, que se encuentra expresado con
gran pasión americana. Sin duda, influenciado por las obras de Johann Ludwing
Klüver: ‘Droit des gens moderne de l'Europe’; Henry Wheaton: ‘Wheaton's Elements
of International Law’; Emer de Vattel: ‘Le droit des gens, Volume I’ y por
último Andrés Bello, con la obra citada anteriormente. Aspiazu presentó a los
‘dogmas’, como leyes o reglas: “que tienen el carácter de perpetuidad, por
mayores que sean las variaciones de las sociedades en su organización é
instituciones”14. En este contexto, mediante su obra reveló también que la
‘soberanía de los pueblos’, es el: “único poder político que viene de Dios”15 y
aseveró que la independencia americana y su soberanía es necesaria, al afirmar
“que el derecho divino de los reyes es una quimera” 16.
Sin duda, el argumento histórico y jurídico plasmado a lo largo
de su obra, refleja un arduo trabajo enciclopédico, al sintetizar en cortas
respuestas y soluciones a los proble-mas que forjan la existencia soberana de
una nación y su inclusión en el concierto inter-nacional. También planteó la
igualdad de naciones, al manifestar: “que la república más débil goza de los
mismos derechos y está sujeta á las mismas obligaciones que el imperio mas
poderoso” 17.
Posteriormente, en 1874, Agustín publicó el libro: ‘El
instructor del pueblo’, que es un compilado o almanaque de sucesos. Durante el
citado año, nuestro biografiado fue elegido Diputado Nacional y designado Fiscal
de Distrito.
En 1876, el Presidente Tomás Frías por un breve tiempo lo
nombró Ministro de Guerra, luego lo designó Prefecto de Cochabamba. Un año
después Aspiazu, publicó su libro: ‘La Tierra en estado primitivo’.
Más adelante, durante el gobierno del Gral. Hilarión Daza, fue
nombrado Ministro de Justicia, Instrucción y Culto. En 1880, mientras se
desarrollaba la denominada Guerra del Pacífico, ejerció las funciones de
Prefecto de La Paz y publicó el libro intitulado: ‘Conocimiento del Tiempo’.
Consecutivamente, en 1882, imprimió la cartilla jurídica:
‘Nuevo Sistema de enjuiciamiento civil’. Entre 1883 y 1896, ejerció por segunda
vez el cargo de Cancelario de la Universidad Mayor de San Andrés y durante este
período publicó las obras: ‘Diccionario razonado del Derecho Civil Boliviano’
(1885), ‘El calculador náutico’ (1887), ‘Sondaje de los cielos’ (1890),
‘Principales problemas de astronomía y geografía’ (1891) y ‘Conferencias y
Escritos Científicos’ (1897). También, es necesario mencionar que junto a otros
prestigiosos paceños fundó la ‘Sociedad Geográfica de La Paz’, de la que fue su
primer presidente.
En 1895, es nombrado Presidente de la Corte Superior del
Distrito Judicial de La Paz. Finalmente, Agustín Aspiazu Belmonte, falleció en
su ciudad natal el 18 de marzo de 1897, a la edad de 70 años. A modo de
conclusión, podemos decir en palabras de Fernando Díez de Medina, que nuestro
persona-je: “fue el primer librepensador que tuvo el país. Sereno y justo en la
predica como en la discusión, sólo tuvo alma ardiente para defender la verdad y
propagar el saber” 18.// El Diario.net
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