La Paz: 30.000 ch’utas cierran Carnaval 2014

Con el contraste de las lágrimas, lamentos y gritos de mujeres de negro y el canto alegre de los huayños, cuecas y carnavalitos por la partida del pepino, al menos 30.000 ch’utas despidieron el Carnaval en puertas del Cementerio General de La Paz.

El evento, organizado por la Asociación de Comparsas del Carnaval Paceño, comenzó a las 14.30, en puertas de este camposanto. Las viudas lloraban la muerte del pepino y se preguntaban por qué había partido el personaje que las alegró durante esta época.

Con la despedida de este arlequín paceño se enterró las carnestolendas durante un año.

Pero ayer hubo otro entierro. A las 10.30, la Alcaldía de la ciudad de La Paz organizó un evento en el que se sepultó al pepino.

Carnaval en BoliviaEl acto de la comuna fue presenciado por más de 800 personas y se realizó en la Plaza de los Héroes, frente a la iglesia de San Francisco. El grupo Los Olvidados se encargó de dar la despedida musical al personaje.

Tradicionalmente, como en años anteriores, decenas de damas engalanadas con trajes antiguos, polleras e incluso muchachas vestidas con jeans y poleras se sumaron para reclamar sus “derechos de viudez”. Se apoyaron al féretro, algunas injuriaron su partida y otras solo lamentaron su deceso.

Cuadras más al norte de la ciudad, en cercanías del Cementerio General, hubo otra fiesta donde no hubo lágrimas y sí mucha alegría.

Fueron 24 comparsas de ch’utas y pepinos, con 30.000 danzarines, que bailaron por la avenida Baptista. La entrada empezó en  la plaza de la Garita de Lima, hasta el palco en puertas del Cementerio General.

Otro novedoso personaje, el arlequín, le dio vida a la entrada. Con una gran sonrisa, colorido y amistoso, fue uno de los rivales del tradicional ch’uta. Hubo comparsas que prefirieron usar este disfraz y el de pepino, en una festividad que se la conocía, por muchos años, solo como de los ch’utas.

En la ruta se pudo observar gente consumiendo bebidas alcohólicas, aceras intransitables que eran utilizadas para colocar sillas y maderas que hacían de bancas que eran vendidas entre Bs 10 y Bs 20. Al entrar la noche, el Carnaval paceño quedó enterrado y con mucho alcohol de por medio.// La Razón (COM)

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