Abuso infantil, un récord que avergüenza a EEUU

En EEUU, cada cinco horas muere un niño por abuso o negligencia. Las últimas cifras oficiales estiman que el 2009 murieron 1.770 niños por malos tratos. Pero un informe reciente del Congreso señala que el número real podría acercarse de los 2.500.

De hecho, EEUU tiene los peores registros de abusos del mundo industrializado. La periodista Natalia Antelava, de la BBC, investiga el motivo de esas cifras. En el mundo industrializado cada semana mueren 66 niños menores de 15 años a causa de abusos físicos o negligencia. De éstos, 27 fallecen en EEUU, cifra superior a la de cualquier otro país.

EEUU casi triplica en población a México, pero incluso si se mide el fenómeno de manera proporcional a la población, los datos de Unicef ​​del 2001 colocan al país del Norte en nivel de igualdad con México en decesos infantiles por malos tratos.

En Texas, uno de los estados con más casos de abuso, el Centro Médico Infantil de Dallas se enfrenta a un creciente número de niños víctimas de abusos y un aumento de los niveles de violencia. Mientras tanto, el Centro de Houston está ampliando sus servicios para hacerle frente al problema cada vez peor de los abusos sexuales a menores.

En Washington, los políticos están empezando a reconocer lo que algunos describen como una “crisis nacional”. El Congreso reunió en julio a expertos que debatieron sobre qué se puede hacer para prevenir muertes por abuso de menores. Se creó una comisión para coordinar una respuesta.

En busca de causas y culpables del abuso

Washington El reportaje de BBC toma el caso de Emma Thompson, quien  tenía cuatro años el 2009 cuando recibió una paliza que le provocó la muerte. Entre las lesiones que tenía había costillas rotas, un labio ensangrentado, hematomas generalizados y fractura de cráneo. También había sido violada.

Su madre y el hombre que era su pareja están presos por el abuso. Pero el padre de la niña, Ben, cree que Emma fue abandonada por todos los que la rodeaban. Al igual que Emma, cientos de niños se cuelan por las grietas del sistema de protección. Algunos culpan a los investigadores, por exceso de trabajo y gestión ineficiente, otros dicen que el problema radica en los esfuerzos del gobierno federal por mantener a familias unidas.//  La Razón

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