Vicenta Juaristi, la gran heroína paceña

Sin lugar a dudas, ha sido la mujer que más luchó por la independencia de nuestro país. Es considerada la primera heroína de la naciente república y la protagonista más importante de la lucha independentista y de los primeros años republicanos. Mujer de temple y carácter indomable, asumió un cuestionamiento radical al sistema español de sojuzgamiento imperante a principios del siglo XIX. Ella abrazó la causa revolucionaria con total decisión, nunca le importó arriesgar su propia vida.

El 3 de abril 1785 nació en La Paz Vicenta Juaristi De Eguino Medina, su madre falleció en el parto y, al poco tiempo, quedó huérfana de padre, por lo que fue criada por su hermano mayor Pedro Eguino, quien posteriormente la formó en los ideales y sentimientos de libertad.

Vicenta recibió de sus padres españoles, vascos, el título “De Eguino”, que lo llevó con orgullo en sus luchas emancipadoras y luego legó como apellido a sus descendientes. Se dice que tuvo cinco hijos, los mayores fueron Félix, Jorge, Benigna, y José María; por su parte, ella nunca usó el apellido del marido.

Heredera de una cuantiosa fortuna, siendo ella una criolla de clase alta, fue dueña de muchas casas que las puso al servicio de la causa patriótica emancipadora. Vicenta era la propietaria del inmueble que hoy es el Tambo Quirquincho y ella usó el sitio como el lugar de reuniones clandestinas de los patriotas y de cabildeo en la lucha revolucionaria.

Durante la lucha revolucionaria fue apresada varias veces por los realistas y en cada ocasión compraba su libertad con fuertes sumas de dinero o propiedades. En una de sus casas se instaló una fábrica de armas, municiones y balas de cañón que fueron empleadas en la Revolución del 16 de julio. Posteriormente vistió, equipó y gratificó económicamente a los soldados del batallón comandado por su hermano.

Vicenta poseía una elocuencia admirable, arengaba a la tropa animándola a luchar y sacrificar la vida por la libertad y la emancipación de América. En una ocasión, durante el estallido de la revolución paceña, cuando los indios de Sapahaqui se dirigían a Caracato con la intención de degollar a las familias españolas que se habían refugiado en ese lugar, doña Vicenta, acompañada por Úrsula Goyzueta, se dirigió a caballo a dar encuentro a los indios y hablándoles en aymara los convenció a deponer esa actitud. Por esta oportuna intervención, se hizo acreedora de la gratitud de la población española de La Paz, cuyos jefes realistas abogaron por ella en varias ocasiones. En 1814, cuando fue condenada a seis años de presidio, el gobernador Juan Ramírez fue persuadido para que le perdonara la pena.

Posteriormente, algunos comandantes españoles hicieron un pedido al Virrey por la consideración de su origen español y con una multa de 10.000 pesos y el exilio perpetuo a Cusco, la sentencia fue anulada.

Después de concluida la guerra de la independencia, doña Vicenta Juaristi Eguino pronunció un sentido discurso de gratitud al Libertador Simón Bolívar y le entregó la llave de oro de la ciudad. Estas apreciaciones las tengo como recuerdo de lo que relataba un tío mío, Félix Eguino Zaballa, quien fue escritor, investigador e historiador. Él sostenía que Vicenta era una mujer de una personalidad impresionante. Ella tuvo amores con el libertador, afirmaba mi tío.

Esta heroica mujer falleció el 14 de marzo de 1857, recibiendo solemnes honras fúnebres por el gobierno del general Jorge Córdova y de toda la población civil, militar y eclesiástica.

Quise mantener su nombre en el recuerdo familiar, cuando nació mi hija, le pusimos los nombres: Kory, por su significado, oro en aymara, y Vicenta en honor a la ilustre antecesora.//  La Razón - Antonio Eguino es cineasta y descendiente de Vicenta Juaristi Eguino.

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