Bolivianos en Argentina cuentan cómo son víctimas de la xenofobia

Dos mujeres bolivianas hacen un alto en su caminata por una feria en la capital argentina para dar de beber al niño.

Aún le quedan rastros de la golpiza que recibió cuando le asaltaron y le robaron el único bien que había hecho en años de trabajo: su automóvil. Semanas después del robo se enteró, por rumores de la gente, que daban terrenos en el Parque Indoamericano.

Con la esperanza de salir de la Villa y de la casa de su madre —donde vive junto a sus seis hermanos, en condiciones de hacinamiento— se arriesgó a ir sin saber que esa decisión le costaría el desprecio de sus compatriotas, quienes la culpan por la ola de xenofobia que se despertó en Argentina en contra de los migrantes.

Miles de bolivianos, paraguayos, peruanos y argentinos tomaron el parque Indoamericano en Buenos Aires, un predio de 130 hectáreas donde se instalaron 13.000 personas. Aunque ya desocuparon el lugar aún queda el recuerdo de las tres personas  (dos bolivianos y un paraguayo) que murieron en los enfrentamientos con grupos de choque presuntamente vinculados al alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, y a las hinchadas de los clubes de fútbol Boca Juniors y Huracán.

Lourdes tiene tres hijos todos argentinos y junto a su madre Hortensia, una paceña de pollera fue al parque Indoamericano para tomar un terreno.

“Nosotros fuimos dos días después que comenzó la toma, los vagos (desocupados) ya se habían agarrado todo y estaban vendiendo terrenos de 100, 200 metros hasta en 500 pesos (argentinos). No quise comprar porque tal vez iba a perder mi dinero y por eso me fui a un cerrito que había al lado de toda la planicie y ahí nos juntamos varios bolivianos. Pero los vagos también eso querían quitarnos y teníamos que defendernos de ellos”, relata Lourdes.

Existen unas 14 villas pobladas por más de 150.000 personas, principalmente migrantes, estos barrios fueron construidos en base a tomas. La gente que vive ahí no tiene papeles de propiedad, sin embargo, puede vender o alquilar la casa y así hay un mercado de compra venta pero sin documentos avalados por el Estado, pues estas villas son consideradas albergues transitorios.

Raúl, otro boliviano que ocupó el lugar, afirma que fue a la toma porque quería salir de Villa Lugano, por la inseguridad que hay en el barrio. “Yo me enteré por los rumores que decían que el Gobierno iba a construir una casa para salir de la Villa de esa manera se nos ha ocurrido ir, porque aquí en la Villa es muy peligroso para nuestros hijos. Ahora creo que todo fue armado por las barras bravas que dirige Macri con fines políticos”. Hasta ahora no se sabe cuántos bolivianos fueron censados en el parque Indoamericano.

Sin embargo, esa invasión cambió la vida de los bolivianos residentes en Argentina. En las radios ‘bolivianas’ cada día se denuncia un hecho de discriminación, la gente llama y cuenta lo que le pasó y culpa a los invasores.

“Estaba pasando con mi nena por la pizzería El Gordo y el Flaco y unos chicos, eran todos argentinos, me tiraron naranjas, yo les enfrenté. También aquí le pegaron a un señor que estaba saliendo de trabajar. En la plaza te miran como si hubieras hecho algo te dicen estos y muchos de nuestros paisanos bajan la cabeza, ese día (de la toma con enfrentamientos) era re feo todos te miraban te insultaban  no podías andar”, cuenta Sandra Catacora.

Fracasó un plantón de bolivianos
Alfredo Ayala, presidente de la Asociación Civil Federativa, quien además dirige un programa de radio, señala que los días del conflicto las llamadas denunciando hechos xenófobos eran permanentes. Ante esa ola de xenofobia, Ayala convocó a un plantón en las puertas del Consulado de Bolivia en Buenos Aires para que la entidad se pronuncie, pero no fueron escuchados.

La CTA confirma fines políticos
Buenos Aires
El delegado de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Miguel Ángel Oga, aseguró a La Razón que hay varios elementos que muestran que la toma fue provocada por móviles políticos que hicieron surgir la ola de xenofobia que ahora hay en Argentina contra los migrantes.

Según el dirigente, las palabras del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, fueron determinantes. “Decir que estaba un corredor de droga entre Soldati y la Villa 1-11-14 y que eso lo hacían los bolivianos y paraguayos provocó la ola de xenofobia”.
Para Oga hubo móviles políticos que provocaron la toma  y que una prueba de ello es que el 50% de las carpas eran todas iguales. “Yo me pregunto si todos los que tomaron fueron a comprar del mismo lugar la carpa”, indica.

Además, asegura que esta ola se extendió a otros países como España donde su esposa que es boliviana trabaja. “Estos días se desató una ola de xenofobia racista en España producto de lo que pasó en Argentina.

La Razón

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