Murió el poeta y escritor Julio de la Vega

Premio de cultura. Ganó el máximo galardón nacional el 2005.

“Es un lugar común decir que no me lo esperaba; pero, realmente, no me lo esperaba”, replicó don Julio de la Vega al enterarse el 2005 de que era el Premio Nacional de Cultura. Reacción similar, aunque triste, tuvieron sus amigos al enterarse ayer de su deceso.

Nacido en Santa Cruz, pero sopocachense de corazón, vivió sus últimos días afincado en el número 2690 de la prolongación de la avenida Ecuador. Escritor, poeta, dramaturgo, periodista y crítico cinematográfico; su nombre abriga desde hace años al Festival de Teatro de los Barrios de La Paz. Militante de la segunda Gesta Bárbara, “don Julio”, como le llamaban

respetuosamente gente de toda edad, se marchó ayer a causa de un derrame cerebral.
“Julio de la Vega era un gran exponente de la poesía de la segunda mitad del siglo XX, de una pléyade de escritores y poetas.

Y no solamente un gran poeta, sino también un gran dramaturgo, porque ha dejado varias obras de primerísima calidad. Y luego está  su presencia enaltecedora de las letras en la Academia Boliviana de la Lengua y un miembro activo del grupo cultural Prisma, un grupo que logró reunir a varios escritores”, comentó Raúl Rivadeneira Prada, director de la Academia Boliviana de la Lengua.

“Julio de la Vega sigue existiendo en su obra. Si bien se ha ido físicamente, su obra queda como una muestra del tesón, de la inteligencia y de la sensibilidad hacia la poesía”, agregó Rivadeneira.

“La relación que tuve con Julio de la Vega fue estrechísima, intelectual. Hemos estado juntos en Europa, viajado juntos y, lógicamente, hemos tenido una estrechísima relación nacida de Gesta Bárbara, una agrupación cuasi familiar de poetas y escritores bolivianos”, sostuvo apesadumbrado el también escritor y amigo cercano Armando Soriano Badani.

Julio de la Vega nació en Santa Cruz el 4 de marzo de 1924. Insigne escritor, obtuvo el Gran Premio de Poesía Franz Tamayo (1966) y en 1969 una Mención de Honor en el Concurso de Novela Erich Guttentag con Matías, el apóstol suplente (1971). El 2005 obtuvo el Premio Nacional de Cultura. “El país pierde una de las expresiones poéticas, una de las voces más entrañables que cantó, no solamente al amor, sino esencialmente a la patria en todas sus expresiones regionales. El país perdió un hombre con gran sensibilidad, la que se traduce a través de su obra”, destacó Soriano Badani.

“Fue un hombre que no ha hecho escándalo de su poesía. Me refiero al escándalo de creerse un Pablo Neruda o una de esas figuras universales. Fue un poeta boliviano con sus excentricidades. Un ser humano de calidad”, destacó Jacobo Libermann, intelectual que también integraba la segunda Gesta Bárbara. “Él no era un hombre de las noticias diarias y pedestres. Bolivia pierde a un hombre de primera línea en el campo de la literatura y de la honradez”.

El Montículo sopocachense, lugar que marcó sus primeros encuentros literarios y amores, ejerce hoy de su guardián. Sus restos son velados en su domicilio, situado en la prolongación de la avenida Ecuador Nº 2690, casi frente al Portal de Piedra.

Allí, hoy a las 15.00, se celebrará una misa de cuerpo presente y, una hora después, se realizará el entierro en el Cementerio Jardín.


El legado literario de Julio de la Vega
Premio de Poesía Franz Tamayo (1966) y Mención de Honor en el Concurso de Novela Erich Guttentag por Matías, el apóstol suplente (1971). En novela publicó Cantango por dentro (1986). En teatro destacan Se acabó la diversión (1975) y La presa (1982). En poesía, Amplificación temática (1957) y Temporada de líquenes (1960).

Vía: La Razón

_

Publicar un comentario

0 Comentarios