Un trigo biofortificado con hierro y zinc es el resultado de
casi cinco años de investigación de los investigadores de PROINPA, quienes
obtuvieron las variedades Tarabuco y Limabamba que presentan más de 40% de
hierro en el grano comparado con los testigos locales. En rendimiento también
hubo resultados: entre 15% a 20% más que el testigo local. Calle dice que se ha
“logrado que estas nuevas variedades respondan a una mayor cantidad nutricional
pero también que sean agronómicamente bien adaptadas y de buen rendimiento”.
El agrónomo Cresencio Calle Cruz, coordinador regional de
PROINPA, lideró varios proyectos de investigación en temas de seguridad
alimentaria, y junto a su colega Yamil Castro desarrolló un proyecto para
generar un trigo biofortificado con alto contenido de hierro y zinc.
Después de casi seis años de investigación, trabajos en
laboratorio y plantaciones en el campo, los investigadores obtuvieron las
variedades Tarabuco y Limabamba que contienen cerca de un 40% más de hierro y
zinc frente a las variedades comerciales en esta región de Chuquisaca.
Calle explica que los datos de salud muestran que la población
tiene deficiencias de hierro y zinc en los nueve departamentos, hecho que
redunda en la presencia de anemia en madres gestantes, niños y ancianos. En ese
contexto se advierte también que el trigo es un alimento de consumo masivo: se
estima 60 kilogramos de consumo de trigo por cada habitante por año. El pan,
fideo y galletas, y en las zonas rurales el tostado, lawa, api, chicha, phiri
son algunas de las formas de consumo tradicional.

Los investigadores seleccionaron los mejores 200 productos,
posteriormente escogieron 18 y finalmente se quedaron con las cuatro mejores
líneas de trigo. Calle explica que el criterio para seleccionarlas fue:
capacidad de adaptación a la región y aceptación de los productores, y su alto
contenido de hierro y de zinc frente a las variedades locales.
Las variedades Tarabuco y Limabamba que presentan más de 40% de
hierro en el grano comparado con los testigos locales. En rendimiento también
hubo resultados: entre 15% a 20% más que el testigo local. Calle dice que se ha
“logrado que estas nuevas variedades respondan a una mayor cantidad nutricional
pero también que sean agronómicamente bien adaptadas y de buen rendimiento”.
Según los investigadores, actualmente más de 300 agricultores
de los municipios de Tarabuco y Yamparaez producen este trigo, y en su última
campaña obtuvieron cerca de 500 quintales de semilla. La mancomunidad de
municipios comienza a pensar en la alimentación escolar de 32 unidades
educativas con base en el cultivo de estas nuevas variedades.
Calle explicó que esta contribución “no solamente contribuye a
mejorar la producción o la rentabilidad de los agricultores, sino también a
mejorar la nutrición y en consecuencia la salud que es un área en que la
agricultura no siempre estaba preocupada por eso”.// PIEB.com.bo
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