“El temor al fracaso es creciente (entre los emprendedores) y 
la intención de emprender un negocio en los próximos tres años es menor” que 
hace cinco años, dice una encuesta realizada para monitorear la situación del 
emprendimiento en el país.
Entre la población de 18 a 64 años de edad que percibe buenas 
oportunidades para iniciar un negocio en el país, un 38,4% teme al fracaso; 
mientras que entre la población del mismo grupo etáreo que no está involucrado 
en actividades emprendedoras cerca de un 46,9% (49,3% en la encuesta de 2010) 
tiene la intención de iniciar un negocio en los próximos tres años.
Los datos forman parte del “Monitoreo Global de Emprendimiento 
– Reporte Nacional Bolivia 2014”, realizado por Verónica Querejazu, David 
Zavaleta y Joel Mendizabal, de la Escuela de la Producción y la Competitividad 
de la Universidad Católica Boliviana. La investigación se realiza 
desde 1997 bajo la dirección del Babson College (Estados Unidos) y la London School of Business (Reino Unido), con el objetivo de medir el emprendimiento en 
distintos países y observar en qué grado esta actividad afecta la tasa de 
crecimiento económico y la prosperidad de un país.
En Bolivia este estudio es el tercero, y tiene como base 2.590 
encuestas en áreas urbanas y rurales de los nueve departamentos. La idea es que, 
además de conocer las características de esta actividad, sea posible proponer 
elementos en temas de educación y de acceso al crédito para la discusión 
académica y el diseño de políticas públicas.“El indicador de miedo al fracaso cuando se trata de iniciar un negocio sólo aplica a quienes perciben oportunidades –dice el estudio. En el país, únicamente el 38,4% de la población que percibe oportunidades expresa temor a fracasar. Ese temor es mayor entre los pobladores de Cochabamba (43,4%), Pando (39,8%), Santa Cruz (39,7%) y Beni (39,6%), mientras que es menor entre los pobladores de Oruro y Potosí, ambos con el 35,2% de la población adulta que menciona la existencia de oportunidades en su entorno... El temor al fracaso es un fuerte inhibidor para una consideración favorable de las oportunidades y de la transformación de las intenciones emprendedoras en actividades de emprendimiento”.
Es interesante ver que los hombres tienen una mayor percepción 
de las oportunidades, sus capacidades y sus intenciones claras para emprender, 
frente a las mujeres que presentan mayor miedo al fracaso.
El 57% de los encuestados considera que existen oportunidades 
para iniciar un negocio, pero si bien 73% de los adultos reconoce que tiene la 
preparación suficiente para dicha tarea, únicamente el 47% de la población 
adulta tiene intenciones de emprender en los próximos tres años.
Los datos continúan mostrando que 3,5 personas de cada 10 
adultos están actualmente en una actividad emprendedora, entre propietarios de 
un nuevo negocio (manejado por el dueño y con hasta tres meses de pago de 
salarios) o de un negocio consolidado. Es importante mencionar que la tasa de 
discontinuidad de los negocios se ha reducido: si en 2010 un 7,2% de los 
emprendedores cerraron o discontinuaron su negocio en los doce meses previos, 
esta tasa se redujo a un 6,5% en el 2014. Una alta tasa de discontinuidad puede 
ser indicador de bajos niveles de preparación en iniciar o mantener un negocio, 
y un bajo porcentaje puede reflejar una carencia de mecanismos económicos para 
facilitar una salida rápida a un negocio mal diseñado.
El estudio es mucho más amplio y analiza tópicos especiales, 
como la educación, capacitación y acceso y uso de tecnologías de los 
emprendedores, y el ecosistema necesario (entorno financiero, políticas 
públicas, programas gubernamentales, apertura del mercado interno, etc.) para el 
emprendimiento.// PIEB.com.bo
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