Por la represión a marchistas del Tipnis: Renuncia la ministra de Defensa, Cecilia Chacón

(VozBol).- Como respuesta a la brutal represión policial realizada en la jornada pasada a los marchistas del Tipnis en diferentes puntos del país se han organizado para mostrar su bronca contra la actitud de este gobierno. El problema también ha afectado al gobierno, ya que una de sus ministras ha renunciado con el siguiente tenor:

CARTA DE RENUNCIA DE LA EX MINISTRA DE DEFENSA CECILIA CHACÓN

Excelentísimo Señor Presidente:

A tiempo de hacer llegar el más fraternal saludo, presento ente su distinguida investidura mi renuncia irrevocable al cargo de Ministra de la cartera de defensa del Estado Plurinacional de Bolivia.

Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el gobierno y no puedo defender o justificar la misma, en tanto existan otras alternativas en el marco del diálogo, respeto a los derechos Humanos, no violencia y defensa de la Madre Tierra. Las medidas asumidas, lejos de aislar a la derecha fortalecen su a y manipulación dentro de la octava marcha con el fin de atacar el proceso de cambio que tanto ha costado a los bolivianos.

¡No así! Acordamos con el pueblo hacer las cosas de otra manera.

Esperando que su liderazgo, tantas veces probado sirva para retomar el camino histórico que decidió seguir nuestro país, me despido con las consideraciones que el caso amerita.

María Cecilia Chacón Rendón

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La-marcha-indigena-fue-intervenida-con-violenciaUn día después de la represión de la marcha indígena la ministra de Defensa, Cecilia Chacón, decide presentar renuncia a su cargo porque no está de acuerdo las medidas asumidas ayer en la intervención de la marcha indígena que dejó un bebé muerto.

“Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el Gobierno y no puede defender ni justificar la misma”, dice una parte de su carta de renuncia, la cual fue difundida desde la Dirección de Comunicación del Ministerio de Defensa.

“En tanto existan otras alternativas en el marco del diálogo respecto a los derechos humanos, no violencia y defensa de la madre Tierra, las medidas asumidas lejos de alejar a la derecha fortalece su accionar y manipulación dentro de la VIII marcha con el fin de atacar el proceso de cambio que tanto ha costado a los bolivianos. No así, acordamos con el pueblo hacer las cosas de otra manera”, señala.

Ayer Un bebé de tres meses murió anoche tras la violenta intervención policial en Yucumo a la marcha indígena que se opone a la construcción de la carretera por el TIPNIS. El bebé falleció aparentemente por la inhalación de gases lacrimógenos.

La muerte fue informada mediante un boletín de la comisión de comunicación de la marcha. Alrededor de las 16:30, la Policía atacó el campamento que mantenían los indígenas en las afueras de Yucumo, utilizando palos y gases lacrimógenos.

Existe un saldo de 37 desaparecidos, según el comunicado, entre ellos siete niños y un bebé, y una cantidad no determinada de heridos y detenidos. Por momentos la represión fue extremadamente violenta, golpearon a algunos indígenas con saña, según comprobó Página Siete.

Muchas personas fueron enmanilladas y otras inmovilizadas con cinta adhesiva. El diputado disidente del MAS Pedro Nuni fue detenido sin respetarse su inmunidad. La cantidad de gases lacrimógenos fue tal que se produjo una gran confusión, ocasionándose el extravío de los niños.

A patadas y palazos, los policías lograron meter a varias decenas de indígenas a buses y camionetas para llevarlos a San Borja, distante 25 kilómetros al norte. Sin embargo, esa población, como una muestra de solidaridad con los marchistas, bloqueó el ingreso e impidieron su paso, incluso provocando un incendio en la carretera.

Las iglesias de San Borja empezaron a tocar sus campanas como una forma de alertar a la población y ayudar a los marchistas.

La situación de esos indígenas detenidos es incierta debido a que los buses en los que se encuentran retornaron desde San Borja, pero no existe información oficial de su paradero; aparentemente se dirigían hacia Rurrenabaque, en el norte, debido a esporádicos bloqueos que impedían el paso de los buses.

Otros reportes no confirmados señalan que mototaxistas de San Borja salieron de la localidad con la intención de impedir el paso de los cuatro buses y cinco o seis camionetas usadas por la Policía.// Página Siete

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Muere un bebé en violento operativo

APGUn bebé de tres meses murió anoche tras la violenta intervención policial en Yucumo a la marcha indígena que se opone a la construcción de la carretera por el TIPNIS. El bebé falleció aparentemente por la inhalación de gases lacrimógenos. La muerte fue informada mediante un boletín de la comisión de comunicación de la marcha.

    Alrededor de las 16:30, la Policía atacó el campamento que mantenían los indígenas en las afueras de Yucumo, utilizando palos y gases lacrimógenos. Existe un saldo de 37 desaparecidos, según el comunicado, entre ellos siete niños y un bebé, y una cantidad no determinada de heridos y detenidos. Por momentos la represión fue extremadamente violenta, golpearon a algunos indígenas con saña, según comprobó Página Siete.

    Muchas personas fueron enmanilladas y otras inmovilizadas con cinta adhesiva. El diputado disidente del MAS Pedro Nuni fue detenido sin respetarse su inmunidad. La cantidad de gases lacrimógenos fue tal que se produjo una gran confusión, ocasionándose el extravío de los niños.

    A patadas y palazos, los policías lograron meter a varias decenas de indígenas a buses y camionetas para llevarlos a San Borja, distante 25 kilómetros al norte. Sin embargo, esa población, como una muestra de solidaridad con los marchistas, bloqueó el ingreso e impidieron su paso, incluso provocando un incendio en la carretera. Las iglesias de San Borja empezaron a tocar sus campanas como una forma de alertar a la población y ayudar a los marchistas.

La situación de esos indígenas detenidos es incierta debido a que los buses en los que se encuentran retornaron desde San Borja, pero no existe información oficial de su paradero; aparentemente se dirigían hacia Rurrenabaque, en el norte, debido a esporádicos bloqueos que impedían el paso de los buses. Otros reportes no confirmados señalan que mototaxistas de San Borja salieron de la localidad con la intención de impedir el paso de los cuatro buses y cinco o seis camionetas usadas por la Policía.

En cuanto empezó la represión en Yucumo, un grupo de indígenas y dirigentes políticos, entre ellos el ex viceministro de Tierras Alejandro Almaraz y el mallku del Conamaq, Roberto Quispe, pudieron escapar hacia el monte. Desde allí, algunos lograron comunicarse con medios de comunicación para señalar que se reorganizarán y volverán a marchar contra el Gobierno.

“Ya no marcharemos sólo contra la carretera, sino a favor de la democracia boliviana”, dijo Almaraz, que añadió que unas 30 o 40 personas se están reorganizando para reiniciar la medida. Quispe declaró más tarde que se dirigirán hacia San Borja.

En Yucumo la jornada empezó con relativa tranquilidad. Primero los marchistas celebraron una misa a campo abierto. Más tarde recibieron la oferta del Gobierno de que 20 dirigentes se trasladaran a La Paz para negociar con las autoridades porque en Yucumo no existían las condiciones para ello. Los indígenas resolvieron reunirse para analizar el pedido.

En medio de las discusiones empezaron a llegar versiones de otros marchistas en sentido de que la Policía estaba procurando rodearlos. Por un lado estaba el piquete policial original que les impedía el paso hacia La Paz (al sur), pero notaron un movimiento de tropas policiales en la salida hacia San Borja (al norte).

Ante esa situación, los dirigentes preguntaron a los jefes policiales las razones por las que se estaba colocando un grupo de policías en la retaguardia de los indígenas y recibieron como respuesta que era un procedimiento de rutina, que resultó falsa, puesto que los policías efectivamente estaban cercando a los marchistas.

Bajo la supervisión de Boris Villegas, director de Régimen Interior, los casi 500 efectivos policiales iniciaron un rápido y violento operativo. El subcomandante de la Policía, Óscar Muñoz, dio una versión diferente y señaló que el detonante para la acción fue la agresividad de los marchistas que pusieron en peligro, con arcos y flechas, la integridad física de los uniformados.(Edición: RPU)// Página Siete

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FOTOS DE LA REPRESIÓN POLICIAL (Fotos de Mónica Machicao)

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