El efecto de la clausura del año escolar puede tener múltiples dimensiones, si se considera que solo el cierre de las escuelas para pasar a una educación online había previsto un impacto en el aprendizaje, bajos salarios para los estudiantes a largo plazo y abandono educativo.
La Organización de Estados Iberoamericanos registra 2,9 millones de estudiantes de educación inicial (11,9%), primaria (46,5%) y secundaria (41,6%) en Bolivia, todos ellos se han visto afectados en diferente medida con la cuarentena.
UNESCO ha sistematizado los recursos generados por país ante la pandemia: AQUÍ.
La OIE ha sistematizado los recursos de gobiernos y de maestros ante la pandemia: AQUÍ.
Las clases presenciales en aula están suspendidas desde el 12 de marzo en Bolivia debido a la pandemia. En este tiempo, el gobierno ha hecho convenio con empresas líderes en tecnología para capacitar a maestros, y se ha anunciado que 150 mil educadores ingresarían a ese proceso. Sin embargo, el 2 de agosto, el gobierno anunció la clausura del año escolar con la promoción automática de los estudiantes al siguiente nivel.
Tanto la OEI como la UNESCO monitorean las medidas que los gobiernos están adoptando en el ámbito educativo en los distintos países en el mundo. Bolivia es el país que menos iniciativas ha registrado tanto del sistema educativo formal como de los gremios del magisterio.
Posibles efectos
Una revisión de literatura, elaborada por la OEI, advierte impactos de la educación online en el nivel de aprendizaje, bajos sueldos a futuro para los estudiantes y abandono escolar. Aunque el estudio se hace con la mirada puesta en los estudiantes españoles, pueda dar una guía acerca de cómo impactan estos factores en los educandos.
Los investigadores no encuentran diferencias significativas entre la educación a distancia y la educación presencial, salvo una diferencia en el tiempo de instrucción. Sin embargo, lo que sí es diferente es la disciplina y compromiso que requiere la educación online, por tanto, en el caso de niños, una dedicación y apoyo también de los padres. Entonces “aquellos estudiantes cuyos padres tienen más nivel educativo pueden recibir más ayuda durante la cuarentena, lo que puede abrir una brecha entre los alumnos”.
Las medicines muestran el efecto del aprendizaje según la eficiencia de la plataforma virtual, pero en ningún caso se prevé la suspensión tanto de las clases presenciales como de las virtuales.
Rafaela es una niña de 8 años, en Santa Cruz de la Sierra, que requiere la presencia de su madre para pasar clases e incluso de su ayuda para resolver tareas de la profesora. Su madre dice que su carga de trabajo en la casa ha aumentado por ese motivo.
En los efectos sobre los salarios a futuro, en este caso se prevé que, en el peor de los escenarios, es decir sin educación online o con una totalmente inefectiva, los futuros trabajadores podrían tener un 1% menos del sueldo cuando tengan 30 a 40 años de edad. Si bien este impacto es reducido, se prevé que también habrá una menor productividad. El desempleo no se considera como un impacto a destacar porque toda esa generación estará en las mismas condiciones en el mercado de trabajo.
Por último, el abandono de la escuela parece ser el efecto menos deseado, pero más probable entre los sectores desfavorecidos de la sociedad. Para ello se propone la reactivación de los programas de mejora de rendimiento escolar que existen en casi todos los países de la región.
Privado y público
¿Cuántos estudiantes están en esta situación? Leonardo Castillo es un niño de 14 años, de una escuela particular promedio en Santa Cruz de la Sierra. Él relata que pasa clases en Classroom, Moodle y Zoom con sus maestros y compañeros de curso, siete días a la semana y cuatro horas por día. Su hermano pequeño Eduardo, de educación inicial, ha aprendido a apagar la cámara del celular para irse a jugar porque se aburre. Ambos son hijos de una familia que puede costear esos estudios, pero no existen evaluaciones acerca del rendimiento en estas nuevas condiciones y, menos, entre los estudiantes que no pueden acceder a estos recursos.
Las estadísticas oficiales no son exhaustivas ni actualizadas acerca de la población de estudiantes matriculados en escuelas fiscales y particulares.
En el último dato de 2018, del Ministerio de Educación, muestra una matrícula de 2.541.698 estudiantes en escuelas fiscales y 329.096 en escuelas privadas en todo el país.
La prensa ha registrado el esfuerzo individual de algunos maestros de áreas rurales por llegar a sus estudiantes, pero en general se desconoce cómo han avanzado (o no) los estudiantes de escuelas fiscales de ciudades y de áreas rurales.// PIEB
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