La calle Linares de Potosí comienza en la plaza 10 de Noviembre y, debido al carácter empinado de la ciudad, sube hacia la zona de San Martín. Casi al final está una plazoleta que lleva el nombre del héroe del Topáter, Eduardo Abaroa (¿?).
Hasta hace poco, la plazuela era coronada por un busto de bronce del prócer. Hace unos años, la escultura fue reemplazada por una estatua de cuerpo completo de un material menos noble. La polémica surgió cuando ese espacio público fue remodelado y allí se colocó un enorme letrero en el que el apellido del héroe va con “b”.
A sabiendas de que los descendientes de Abaroa escriben ese apellido con “b”, parecería que los autores de la remodelación hicieron lo correcto; sin embargo, no se puede negar el hecho de que el apellido del héroe aparece con “v” en muchos otros lugares.
Así, la provincia Avaroa, de Oruro, aparece con “v” en muchos mapas y atlas, lo mismo que ocurre con la Escuela Superior de Formación de Maestros de Potosí y la Reserva Nacional de Fauna Andina que está en la parte suroccidental del país.
No se trata del único caso en el que existe confusión. La máxima heroína de nuestra historia es conocida como Juana Azurduy pese a que las últimas investigaciones sobre su vida confirmaron que su apellido aparece como Asurdui, con “s” e “i”, en todos los documentos donde están su nombre y firma.
Para hablar sobre la escritura de los nombres hay que tomar en cuenta que las reglas ortográficas varían con el tiempo. Unas eran las normas en los siglos XVIII y XIX y otras son ahora. Por eso, es muy común encontrar documentos antiguos que, bajo la óptica de las normas actuales, parecerían estar llenos de errores ortográficos cuando, en realidad, estaban bien escritos para la época.
Con Avaroa parece haber ocurrido lo mismo que con Asurdui. En su libro “Juana Asurdui de Padilla. La historia detrás de la leyenda”, el historiador Norberto Benjamín Torres afirma que “la grafía Azurduy corresponde a una españolización del apellido, habiéndose escrito de esa manera desde finales del siglo XIX hasta el presente” y recomienda utilizar el nombre tal cual aparece en los documentos; es decir, con “s” e “i”. La recomendación es coherente ya que las normas civiles señalan que una letra puede hacer variar la identidad de una persona. Ergo, Juana Azurduy y Juana Asurdui no son la misma persona.
¿Y Avaroa? Las cartas del héroe van firmadas con “v”. Si en su partida bautismal también figura ese dato, la polémica habrá terminado. En ese caso, resta saber qué harán sus descendientes, los Abaroa con “b”.
El héroe tiene descendencia tanto en Bolivia como en Chile. Uno de los más conocidos, por haber sido alcalde de La Paz y canciller de la República es Ronald McLean Abaroa quien llega a ser su bisnieto. En el vecino país todavía suena el nombre de Andrónico Luksic Abaroa, nieto de Andrónico Avaroa, el mayor de los cinco hijos que tuvo el prócer.
Andrónico Avaroa Rivero fue ganadero y empresario. Fundó una fábrica de pólvora y otra de electricidad en Calama, la ciudad que defendió su padre. Su hija, Elena Avaroa Córdoba, nacida en Tupiza en 1898, se casó con el inmigrante croata Policarpo Luksic Ljubetic. Ese fue el origen del grupo Luksic, un consorcio empresarial chileno cuya fortuna es calculada por Forbes en 10.100 millones de dólares.
La fortuna de los Luksic provino de diferentes fuentes y una de ellas fue la venta de las aguas del Silala a las empresas mineras del norte chileno. Una ironía del destino que va más allá de una simple letra.// Los Tiempos
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