Bolivia ocupa el puesto 128 entre 161 países para los negocios en 2019, según un ranking de la revista estadounidense Forbes.
La publicación señala que Bolivia es un país rico en recursos con un fuerte crecimiento atribuido a los mercados cautivos para las exportaciones de gas, a Brasil y Argentina. Sin embargo, sigue siendo uno de los países menos desarrollados de la región debido a las políticas orientadas al Estado que disuaden a la inversión.
Los principales datos macroeconómicos del país que Forbes destaca son un PIB de $us 38.000 millones en 2018, con un crecimiento del 4,2% y un PIB per cápita de $us 3.400.
Análisis acertado
El análisis de la Revista Forbes está en lo cierto y perjudica la imagen del país en el mundo de los negocios a escala internacional, según Gary Rodríguez, gerente general del IBCE. A decir del experto, Bolivia fue bien vista durante el inédito macrociclo de precios altos para las materias primas que la benefició del 2004 al 2014, mostrándolo como un país solvente ya que su PIB -salvo en la crisis del 2009- siempre creció más del 4%.
“Es triste decirlo pero Bolivia, siendo un país rico en recursos naturales, con todos los climas y pisos ecológicos, ingentes reservas de minerales, hidrocarburos, agua dulce, bosques, tierras fértiles -pese a los avances que ha logrado- siga siendo uno de los menos desarrollados”, dijo Rodríguez. La razón es la falta de adecuadas políticas públicas que mejoren el entorno para la inversión.
Por su parte, Ronald Nostas, titular de la CEPB, expresó que estos estudios, que provienen de entidades internacionales que gozan de prestigio y credibilidad, tienen un innegable impacto en los inversores potenciales, sean estos públicos o privados.
Esto se evidencia en el hecho de que la inversión extranjera directa en Bolivia sea muy pobre y concentrada en algunos sectores como los hidrocarburos, que no implican grandes riesgos ni demandan esfuerzos especiales para posesionarse y fortalecerse.
Nostas manifestó que Bolivia es un país con muchas oportunidades para el capital privado extranjero por su ubicación, diversidad geográfica, estabilidad, recursos naturales, costos y un mercado pequeño pero creciente. “No cuesta hacer negocios, lo que cuesta es hacer empresas”, dijo.
Para revertir la situación del país no se pueden aplicar medidas parciales, sino modificar la visión que el Estado tiene sobre el rol del sector privado en el desarrollo nacional y el daño que causa sostener una economía con tanta informalidad (62,3%), señaló Nostas.
EL DEBER se contactó con el Ministerio de Economía para conocer su posición sobre el tema, pero respondieron que el Ministerio de Planificación es el que debía manifestarse. Esta última cartera del Estado, al ser consultada, no contestó hasta el cierre de edición.// El Deber
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