Cada cual disfruta a su modo los tres días de mojazón, pero a una gran mayoría no le entusiasma, por lo menos eso es lo que muestran los resultados de la encuesta realizada por Captura Consulting, del 1 al 8 de este mes, para conocer la opinión de los hogares de las ciudades capitales de Santa Cruz, Cochabamba, El Alto y La Paz, respecto a las festividades de Carnaval, con 95% de confianza y un 3,5% de error muestral.
A la pregunta ¿qué le hace sentir a usted estas fechas?, un 47,6 por ciento respondió que no le entusiasma la fiesta grande, mientras que al 26,6% dijo sentirse un poco entusiasmado, el 14,7 algo entusiasmado y solo un 11,2 declaró tener mucho entusiasmo.
De forma contundente la gente piensa descansar durante la fiesta grande, por lo menos así respondió un 45% de los consultados, y el 24,7 por ciento dijo que trabajará normalmente, y solo un 8,4% participará de las actividades carnavaleras. Un 52,5% de las mujeres prefieren descansar en casa frente a un 37% de los hombres.
Partiendo de estos resultados, la socióloga Elisa Saldías señala que no es que todos estén pensando en Carnaval, pero sí es una fiesta que tiene un significado simbólico, bajo características diferentes en Oruro, La Paz o Cochabamba. “Es una construcción simbólica cultural, con la que posiblemente no todas las personas estén de acuerdo, pero no nos olvidemos que en el eje central del país hay una diversidad cultural, por lo tanto, pueden asumir de diferentes maneras lo que es el Carnaval en la misma ciudad. Mucha gente no se incorpora directamente, pero creo que asumen de que existe, tampoco están en contra”, resalta.
La socióloga también hace notar que la edad y los recursos económicos son determinantes en el entusiasmo de las personas para esta fiesta. Y el hecho de descansar en casa tiene diferentes significados, depende de las características de la familia, por ejemplo, donde tienen hijos pequeños seguramente van a divertirse con los niños que juegan con agua; y donde hay jóvenes, una parte va a salir y otra se quedará en el hogar, pero el churrasco y compartir en la familia, con los vecinos, con los amigos, es una costumbre que se mantiene en muchos hogares.
Para el sociólogo Renzo Abruzzese los resultados del estudio reflejan que hay muchos mitos en torno a la fiesta grande, “pues todo el despliegue de glamour y la alegría que podemos ver en los medios de comunicación no parece ser lo que normalmente pensamos”, por lo que la festividad no despierta notorios entusiasmos.
Este dato, según Abruzzese, se corrobora “cuando encontramos que el 45% de los entrevistados piensan descansar en casa durante esas fiestas. En general y con pocas diferencias culturales, (la challa por ejemplo) las opiniones, las percepciones e, incluso, las actitudes muestran un patrón social bastante homogéneo entre las poblaciones estudiadas. Obviamente el estudio deja ver también algunos aspectos culturales que diferencian Santa Cruz del resto; esto, sin embargo, no marca diferencias realmente importantes, agrega Abruzzese.
Para el entendido, el estudio es muy revelador, pues “nos permite forjarnos una imagen más real de las formas en que los ciudadanos nos acercamos y participamos de la festividad del rey Momo, y su verdadero peso en las culturas locales”.
Sin embargo, esta lectura no es compartida por Bismarck Kreidler, estudioso del Carnaval, quien afirma que basta con recorrer las calles cruceñas para ver cómo la gente, aunque no forme parte de una comparsa ni participe de actividades oficiales, de alguna forma vive el Carnaval, ya sea jugando con agua, compartiendo un churrasco entre familiares o amigos o juntándose para carnavalear. Incluso, quienes viajan a las provincias se suman a las actividades en los pueblos, dice el entendido.
“Solo haga un recorrido por el primero, segundo, tercer, cuarto anillo o por algún barrio de la ciudad y verá cómo la gente está en su vereda, con su churrasquito, con musicón y bailando. Es igual que la fiesta de Año Nuevo, ni el 10% va a los locales de bailes, pero el 90% está haciendo la fiesta en su casa. Lo mismo sucede con el Carnaval, hay distintas maneras de vivirlo. Entonces no se puede decir que al cruceño, el Carnaval le da lo mismo”, puntualiza Kreidler.
Ven desenfreno
La gente se ha formado un concepto del Carnaval, donde la mayoría (45,6%) asegura que los carnavales fomentan el mal vivir (desenfreno, alcohol, ocio, etc.), pero también están los que creen que fomenta el descanso en casa y en familia (25,3%) y la alegría y disfrute con amigos y familiares (22,7%). El martes de challa (32,7%) es el día que más disfruta la gente, especialmente en La Paz, Cochabamba y El Alto, según esta consulta.
Jugar con agua
El jugar con agua está presente, porque un 41,2% responde que suele hacerlo, aunque también está un 46,1% que respondió que no suele participar de esos juegos y solo un 16,9% señaló que juega con tinta o pintura.
Aunque hay un buen porcentaje que disfruta del agua, un 38,1% da su opinión de que no se debe jugar con agua, pues generan problemas de desabastecimiento y dañan el entorno y el medioambiente; y un 31,2%, asegura que se debe jugar solo con la familia y los amigos que deseen participar. Asimismo, un 25% cree que no se debe jugar con pintura porque ensucia la ciudad.
El Cruceño es el que más festeja con miembros de su comparsa o de su fraternidad
Según la encuesta de Captura Consulting, en Santa Cruz predomina el festejar con miembros de su comparsa o fraternidad, con familiares y asistir a los corsos; mientras que en La Paz, El Alto y Cochabamba se impone el challar la casa, vehículos u otros.
De hecho, los cruceños son a quienes más les gusta festejar con su comparsa o su fraternidad, dando un 26% de los encuestados, mientras que en La Paz el porcentaje apenas llegó al 16,7; en El Alto, al 7,7; y en Cochabamba, al 14,3.
No sucede lo mismo con la challa, que se realiza los martes en agradecimiento a la Pachamama, aunque esta tradición cada vez va ganando más terreno entre los cruceños.
De acuerdo con el estudio, El Alto es la ciudad donde más se practica este ritual, pues el 76,9% de los encuestados manifestó que acostumbra challar su casa, vehículo y otras pertenencias. Le siguen Cochabamba, con el 71,4%; La Paz, con el 61,1%; mientras que en Santa Cruz de la Sierra solo llega al 5,3%.// El Deber
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