Si bien existe la creencia popular de que la ciudad de Oruro vive del carnaval, el antropólogo Marcelo Lara advierte que es difícil comprobar y verificar cuál es la dimensión económica de esa fiesta anual y cómo impacta en la reproducción anual de la población orureña.
En el año 2007, el antropólogo Marcelo Lara preparó, por encargo de la UNESCO, un ensayo sobre las dimensiones económicas del Carnaval de Oruro con la constatación de que cuantificar ese impacto tiene “dificultades y limitaciones”.
El panorama no se ha modificado casi diez años después, admite Lara, quien aclara que se pueden ver dos dimensiones de gasto e inversión: la participación en las danzas y el espectáculo.
Para el funcionamiento de las danzas se considera la compra o alquiler de trajes, bandas de música, salones de fiesta, transporte, comidas, bebidas, etc. El espectáculo genera otro movimiento: escenario, graderías (venta de metros lineales para colocarlas), insumos, alimentación, transporte y otros insumos.
La hotelería y el turismo son otros rubros que mueven dinero. Lara explica, sin embargo, que es difícil hacer un seguimiento a estos negocios formales: “La hotelería está entre las áreas más importantes del carnaval, sin embargo no siempre han declarado los costos oficiales de las tarifas para esta temporada, muchos de hecho van a subir sus tarifas”.
El Gobierno Municipal de Oruro genera ingresos por la venta de espacios para construir las graderías (un 60% va a la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro), por la concesión de autorización y licencias de comercio por la temporada, por la venta de asientos, por uso de servicios de higiene, por impuestos de publicidad (pasacalles, gigantografías, etc.), pago de rosetas para vehículos con motivo específico, fiestas bailables en locales públicos, conciertos y transmisiones televisivas. En 2007, el municipio recaudó 111.636 dólares.
En 2007 el estudio se hizo con aproximaciones del movimiento económico porque no es posible controlar este aspecto. “Yo hice el trabajo para la UNESCO, pero con datos aproximados, no datos absolutos --dice. No hay una base de datos donde se pueda extraer la información necesaria para hacer un análisis económico”.
Sin embargo, es también difícil negar que el Carnaval trae consigo un beneficio económico para los habitantes de la ciudad, por ejemplo un negocio informal de venta de bebidas dulces multiplicará la cantidad de unidades diarias comercializadas, o alguien que invierte armando graderías puede llegar a triplicar su inversión.// PIEB
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