La lógica qamiri no es gastar para divertirse en la fiesta, sino invertir en la fiesta para recuperar ese capital en términos de poder y reconocimiento social, dice la socióloga Tania Quilali como una de las conclusiones de su investigación sobre un grupo de qamiris que participa en una fraternidad del Gran Poder.
Tania Quilali realizó el estudio "Qamiris, pasantes y fraternos. La economía pasional en una comparsa del Gran Poder", entre los años 2012 y 2014, con el objetivo de estudiar cómo la fiesta configura un campo de acción donde los qamiris aymaras demuestran su poder y ejercen un discurso hegemónico, conformando así una élite con sus propias especificidades y formas, que no puede salir de estructuras de colonialismo interno y segregación social.
Para su investigación, que además fue su tesis de licenciatura, Quilali optó por el concepto de qamiri aymara, en lugar de burguesía chola, porque percibe que se trata de un grupo social sin una clase antagónica susceptible de someter a explotación económica. La relación entre los qamiris y sus empleados no es de explotación o de choque, sino que es una relación simbólica de lazos familiares o cercanía a través de vínculos de padrinazgo y compadrazgo.
"No les une solo una relación laboral, sino (además) familiar y de parentesco -explica Quilali-, por eso es una nueva elite aymara de qamiris que no tiene relación antagónica de clase con los más pobres, sino que a la vez que los emplean, los apadrinan y los relacionan con la fiesta, y no hay esas relaciones raciales entre ellos. La diferenciación es simbólica porque tampoco se van a sentir iguales".
El trabajo de campo de la investigación se concentra en los miembros de una fraternidad del Gran Poder, formada por aymaras de primera, segunda o tercera generación, poseedores de grandes capitales económicos y de un gran capital social reflejado en sus amplias redes sociales familiares y de compadrazgo.
Si bien muchos estudios se refieren al surgimiento de una clase emergente, la socióloga aclara que tan solo un pequeño porcentaje, estima que tal vez un 10%, de la gente involucrada en negocios comerciales logrará surgir como un gran comerciante.
En ese ascenso social, la fiesta es el mecanismo que ayuda a los aventajados a sobresalir. Las diferencias son marcadas tanto entre fraternidades como dentro de ellas, y trascienden la festividad. "No se queda en la fiesta, la fiesta de Gran Poder es la expresión de toda esta diferenciación que se acumula en años, se acumula en redes sociales, en capital económico, etc.", dice la entrevistada.
Quilali propone una caracterización de los qamiris sobre la base de su trabajo de campo: cuentan con un considerable capital económico que invierten en la fiesta para obtener prestigio, poder y la posibilidad de reconvertir sus capitales; tienen una lógica económica y laboral que les mueve a invertir su capital planificando su recuperación o reproducción, con el aditamento de que esa recuperación no siempre se mide en términos económicos sino que se puede medir en términos de poder y reconocimiento fuera del campo festivo.
La socióloga trabajó el concepto de "economía pasional", desarrollado por Bruno Latour, a partir del cual demuestra que la racionalidad que mueve a los qamiris está dirigida a obtener prestigio y honor.
Un resumen de la investigación "Pasantes, qamiris y fraternos", de Tania Quilali Erazo será publicada, junto con otras investigaciones, dentro de una selección realizada por el Centro de Investigaciones Sociales de la Vicepresidencia.// PIEB
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