Estamos en una trancadera. Los segundos se consumen y a ritmo
muy lento avanzan los vehículos por el centro paceño. Un par de frases en la
ventana trasera de los coches aleja del letargo y llama la atención: "Willy, el
Llanero Solitario” y "Sigo siendo el Rey”.
No es nuevo observar este tipo de calcomanías en los
motorizados de la sede de Gobierno. "Parabrisas traseros” decorados con frases o
personajes e incluso citas bíblicas y figuras religiosas. ¿Qué quieren
expresar?
Por lo general, estos stickers se venden en distintos puntos
de la ciudad: avenida Landaeta, San Pedro, avenida Kollasuyo o en la avenida
Entre Ríos. Se trata de locales que comercializan adhesivos, producen letreros
de rutas y polarizan vidrios. Ellos se transforman en los aliados perfectos de
transportistas que quieren decorar y personalizar sus vehículos de acuerdo a su
gusto.
Andreu
Braian Ticona Nina está en el rubro hace una década; hace seis meses se
independizó y ahora es propietario de Letreros Nicole en la calle Kollasuyo. Él
comenta que las calcomanías más requeridas son las de equipos de fútbol
-Bolívar y The Strongest-, y dentro del transporte público se puso de moda "la
familia”, un dibujo genérico que representa a todos los miembros de la misma,
dependiendo la cantidad de hijos.
La demanda y lo raro
Entre los stickers más populares están los caballos, bulldogs,
calaveras, figuras tribales, rosas, lobos, el Guasón y el famoso Bad Boy o chico
malo, un dibujo característico en los parabrisas traseros de muchos motorizados
del transporte público local durante las últimas dos décadas.
Algunos van más allá y hacen pedidos de acuerdo a las modas que
siguen. Javier Charco se sorprendió cuando un día llegaron a pedirle imágenes de
"homies”, que son expresiones artísticas basadas en caricaturas satíricas muy
propias de la cultura chicana méxico-estadounidense.
Entre las frases más conocidas está la ya emblemática: "Tu
envidia es mi bendición”. Además de: "Jesús mi Salvador” o "Sigo siendo el Rey”,
también observamos algunas que usan jerga y humor, como: "Lo mejor que hizo tu
vieja es al pibe que maneja” o "Yo soy tu papi, ¿o no?”
Cuestión
de fe
Algunos transportistas son muy religiosos, así lo afirma
Andreu, quien explica que parte del ritual del transportista es ir a "bendecir”
su vehículo a Copacabana y luego colocar en sus motorizados la foto de un
rosario o la Virgen de Copacabana. "A ellos los cuida de los accidentes. En
general, los transportistas son creyentes”, asegura.
"Requieren mucho el Cristo de la Concordia, la Virgen de
Guadalupe o la Virgen de Copacabana; según ellos, les trae suerte”, indica
Javier Charco Mamani, quien está en el negocio hace 10 años.
Dentro de lo alusivo a la religión y la fe, también es
frecuente observar versículos bíblicos o recordar a un ser querido que los
"cuida desde el más allá”.
Para el antropólogo Édgar Arandia, este fenómeno se trata de
una forma de arte popular religioso intrapersonal. "Es como erigir un altar
con imágenes, sobre todo -en algunos casos-, refranes y dichos con la Virgen
o el santo de su devoción: San Cristóbal, la Virgen de Copacabana o el lugar de
peregrinación de los propietarios de automotores que llevan a bendecir sus
unidades para solicitar protección”, indica el especialista.
Autoidentificación
El publicista Martín Díaz Meave es un apasionado por el tema.
Para él existen varios factores alrededor de este fenómeno de los stickers en
minibuses y taxis. Esta inclinación se traduce en conocer qué quieren expresar e
incluso cómo se convirtieron en un sello distintivo de la ciudad.
"Son formas de autoexpresión y es bien interesante pensar que son maneras de comunicación que de alguna forma le dan personalidad a la ciudad. Conozco gente que viene a La Paz y les parece una curiosidad”, afirma.
Díaz Meave hace hincapié en la edad de los transportistas:
"Muchos son veinteañeros y a esa edad está marcada por la autoexpresión,
además, después de muchas horas detrás del volante, tienen presente a su familia
o a sus figuras religiosas, incluso a su equipo de fútbol”.
El tráfico avanza, pero uno puede imaginar a Willy, un Llanero
Solitario que no se traslada en caballo, sino en un minibús, cuyo progreso
estará marcado por la envidia de otros y en su capa llevará estampado el nombre
de su familia, y claro que sigue siendo el "rey”.// Página
Siete.bo
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