Caretas de cooperativistas mineros y de "chotas” renuevan este año la oferta de las caretas de yeso para las t’anta wawas, esos tradicionales panes de la festividad Todos Santos, que se celebra cada 2 de noviembre.
"Este año, traemos como novedades las caretas de las ‘chotas’ que son las mujeres de vestido que se caracterizan por tener los pelos teñidos”, aseguró Gabriela Acero, quien ayer ofertaba una variedad de mascarillas de yeso en la avenida Max Paredes.
Las t’antawawas son el complemento esencial para armar la mesa de bienvenida a las almas de los muertos que llegan al medio del 1 de noviembre. Al día siguiente, en su despedida, se recuerda la festividad de Todos Santos.
Las "chotas” se caracterizan por tener el pelo suelto y de color negro, castaño y rubio pero con mechones teñidos, los labios pintados de rojo y las cejas delineadas. Se ofertan en dos tamaños, la docena de las grandes vale 15 bolivianos y de las pequeñas 12.
"Creamos también máscaras de los rostros de hombres jóvenes, que tienen cortes de cabello modernos”, acotó Acero, quien aseguró que la próxima semana sacarán más novedades.
Pasos más arriba, frente a la plaza Max Paredes, Olga Zegales ofertaba ayer una variedad de caretitas de yeso. "La figura de los cooperativistas mineros es lo último para Todos Santos. Elaboramos este diseño ante la demanda de los compradores que siempre buscan mascaras que tengan relación con el difundo”, dijo.
Según la comerciante, el año pasado, varias familias ya consultaban sobre caretas con diseños de cooperativistas. Estos modelos lucen los tradicionales cascos que usan los mineros y bigotes. Algunas tienen el rostro pintado de blanco y otras, de color piel. La docena cuesta 15 bolivianos.
Los modelos de las caretas son diseñados con más de ocho meses de anticipación. Son elaborados con estuco y harina. Los artesanos se encargan de crear los moldes, de secar las piezas y de pintar en cada los ojos y el pelo.
Las caretas clásicas
A pesar de los nuevos diseños, las caretas tradicionales no pasan de moda. Por ejemplo, las caras blancas con cabellos de colores y cachetes pintados son muy demandadas por la gente.
Entre otros diseños clásicos están los de soldados, achachis morenos, policías, mineros y cholitas. Otros de los modelos que siguen vigentes son las mascarillas de personajes de vecindad del Chavo del Ocho. Su costo oscila entre uno a cinco bolivianos.
"La gente compra para regalar a los niños”, comenta Lucía Quispe, quien además resalta que las más vendidas son las mascarillas denominadas "uñitas” por su reducido tamaño. Estás a veces también se usan para hacer galletas.
Crean figuras de harina de trigo
Figuras de caballos y bebés (wawitas) hechas en harina de trigo son las más demandas por los pobladores del área rural.
"Las wawitas están elaboradas de harina de trigo y son muy demandas por la gente que vive en el campo. Las compran para decorar sus mesas de difuntos”, contó María Mamani, vendedora.
Según Mamani, las figuras no son comestibles y sirven sólo como ornamento en las mesas. Miden de dos a tres a tres centímetros. La unidad cuesta 50 centavos.// Página Siete (BO)
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