Tras una inspirada trayectoria en la Copa Mundial de la FIFA™, que terminó con la derrota por 2-1 en la prórroga frente a Bélgica en octavos de final, la fiebre por el fútbol ha inundado Estados Unidos, prolongándose mucho más allá del pitido final del encuentro en el que Alemania se proclamó campeona de Brasil 2014 en el Maracaná. Decenas de miles de estadounidenses viajaron a Sudamérica para animar a los hombres de Juergen Klinsmann, y los cánticos de fe en la victoria (“I believe that we will win”) que resonaron en Natal, Manaos, Recife y Salvador dejaron recuerdos entrañables, que ayudaron a forjar la actitud inquebrantable de un equipo norteamericano que nunca se dio por vencido en el torneo.
Y aunque ni siquiera un Tim Howard que parecía imbatible fue capaz de situar al conjunto de las barras y estrellas en la final, el Presidente Barack Obama telefoneó al capitán y gran figura del equipo, Clint Dempsey, el día siguiente a la eliminación para alabar a ambos “no sólo por su trabajo dentro de la cancha, sino también por un comportamiento que ha llenado de orgullo a su país”. Ahora, con la temporada de la Major League Soccer de nuevo en marcha tras el paréntesis mundialista, el apoyo que recibió la selección nacional en Brasil se ha traducido en un entusiasmo general por el fútbol nunca visto a este nivel en Estados Unidos. Las giras de pretemporada tras el Mundial de grandes equipos europeos, como Manchester United, Real Madrid, Bayern de Múnich y muchos otros, han contribuido a este incremento de la fiebre futbolística en todo el país. El partido en el que el United venció por 3-1 al Madrid ante una cifra récord de 109.318 espectadores en el Michigan Stadium —situado a más de 300 km del club más cercano de la MLS— ha servido para demostrar el enorme interés que suscita en estos momentos el deporte rey en Estados Unidos.
El auge de la MLS
Esta tendencia no ha pasado desapercibida para los propios jugadores. FIFA.com ha podido hablar con varias estrellas del Mundial que compiten en Estados Unidos acerca de este respaldo, y todas agradecen la entrega de la hinchada, aunque también atribuyen el mérito a la transformación de la Major League Soccer en un campeonato de alto nivel. “Los aficionados son increíbles”, afirma Tim Cahill, máximo goleador de la historia de la selección australiana. “La organización es fantástica. Sienten verdadera pasión por el fútbol, es estupendo verlo”.
Matt Besler, que ha optado por firmar un contrato de larga duración con el Sporting Kansas City, rechazando lucrativas ofertas de Europa, confiesa estar contento por quedarse en la MLS. “Estoy muy satisfecho, y me alegro de haber podido comprometerme a largo plazo con el Kansas City, porque creo en la organización, y quiero formar parte de la visión que ha venido mostrando en los últimos dos años”, dice el central internacional estadounidense. “Quien piense que hay una liga mejor que la MLS, está en su derecho, por supuesto. No me molesta para nada”, señala. “Pero creo que puedo progresar como futbolista donde estoy ahora. Tengo 27 años, entro en una fase de mi carrera en la que estoy en mi mejor momento, quiero jugar y quiero ganar”.
Un cambio de actitud
El campeón del mundo Thierry Henry también resalta el mayor apoyo que hay en la MLS cuando los clubes estadounidenses se enfrentan a adversarios de otros países. “Los hinchas de Estados Unidos vienen a animar a su equipo, eso es fantástico”, apunta el francés.
“Recuerdo cuando estaba en el Barcelona, en 2009. Normalmente cuando se va a algún sitio, al ser el Barcelona, la gente quiere animarte. Pero en Seattle nos abuchearon. Bueno, no exactamente así, nos abuchearon de una manera amistosa. Eso dice muchísimo, porque los hinchas van a ver jugar a su equipo, no sólo a ver al equipo visitante”. Cuando el Bayern de Múnich estuvo en Estados Unidos realizando una gira de pretemporada de nueve días antes de la Bundesliga de 2014/15, el joven internacional estadounidense Julian Green, que dejó su impronta en el Mundial al marcar en los instantes finales del partido ante Bélgica (2-1), observó un apoyo similar al recibido en Brasil en la primera sesión de entrenamiento previa al amistoso de los alemanes ante un once estelar de la MLS.
“Creo que en Estados Unidos ya hay aficionados al fútbol”, afirma Green con una sonrisa. “Durante el Mundial ya vimos que había muchos, y ahora son increíbles [en Estados Unidos]. Aquí el fútbol ha cambiado por completo. Los hinchas son estupendos. Han venido muchísimos únicamente para ver un entrenamiento. Es asombroso”.
La Major League Soccer, un torneo aún joven, que disputa su 19ª temporada, tiene que competir por conseguir apoyo, respeto, titulares de prensa y atención en un país dominado tradicionalmente por el béisbol, el baloncesto y el rugby, y quiere prolongar la ola de apoyo que está experimentando este verano más allá, durante los próximos años, cuando la liga se expanda. El Orlando City, que se incorpora la temporada que viene, ya ha causado sensación al fichar a Kaká, mientras que el New York City FC, que entrará en la liga en 2015, se ha hecho a su vez con los servicios de David Villa y Frank Lampard, lo que ha despertado un gran interés por un club que no jugará su primer partido oficial hasta dentro de otros seis meses. Y con David Beckham tras un club con sede en Miami que quiere unirse a la liga en 2017, el éxito y el apoyo que experimenta el fútbol en Estados Unidos este verano de 2014 podría ser tan solo la punta del iceberg.// Puro Fútbol online (COM)
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