El comunicador llegó para hacer un reemplazo en ATB y han pasado diez años desde aquella vez. Es productor de ‘Viva la Mañana’ y también tiene su programa radial
— ¿Cómo comenzó en ATB?
— Entré a trabajar al canal hace diez años, llegué a hacer un reemplazo de un mes y desde entonces han pasado diez años. Primero trabajaba con Jaime Iturri produciendo La Noticia Según. Después hice Deporte Total con Toto Arévalo; era la contraparte de la coproducción de Toto para marcar la línea del canal. Después de esa experiencia pasé a Prensa y allí producía el noticiero de la mañana con César del Castillo. Un día estaba produciendo una unidad móvil en un bloqueo de universitarios, yo estaba en polerita porque no salía en pantalla; cuando a mediodía Miriam Claros advierte que no habían llegado los periodistas por el bloqueo y me tocó salir en pantalla, y a partir de ese momento seguí con las producciones de los noticieros y haciendo coberturas.
— Ahora está en el proyecto Viva la Mañana, ¿cuáles son sus funciones en este emprendimiento?
— Soy el productor de Viva la Mañana, que es un proyecto muy grande que involucra a la red en tres ciudades del país, va de 09.00 a 12.00. Estoy en la parte periodística del programa porque, si bien es de entretenimiento, prioriza la noticia. Coordinamos las unidades móviles, el contacto nacional con los productores del interior, los contenidos y los invitados. La idea del programa es ser un espacio para entretener e informar al público.
— Usted no descansa, también tiene un programa radial, ¿cómo hace para organizarse?
— Hay que ganar plata, sino nos morimos (risas). Son tres años desde que el programa Con todo y al aire se emite por radio Gente de 17.00 a 19.00 y es de entretenimiento, pero sin descuidar la noticia. Me levanto a las 06.00 y voy a la calle hasta las 08.30 (coberturas). Llego al canal y veo lo que se está haciendo con los productores del interior, también coordino con el director Álvaro Pacheco. El programa termina al mediodía, en la tarde me dedico a mi propio espacio en la radio, y en la noche me voy a dormir a mi casa.
— ¿Qué es lo que le atrae del mundo de la comunicación, de la Tv?
— Estoy rodeado de gente que, como te ve en televisión, te reconoce y te saluda en las calles, demuestra el cariño que te tiene o te dice “me gusta lo que hace en su trabajo”. Eso te llena. La televisión enamora por el contacto que hay con la gente. Yo recién he tenido mi wawita la pasada semana, y gente que no me conocía me escribía y felicitaba. Muy lindo.
— Entonces, ¿la televisión ha aportado mucho a su vida personal?
— Yo en las pantallas nunca me comporto como una persona extraña ni finjo, siempre soy yo mismo. Pero hay cosas cuando estás trabajando que te ganan. Me acuerdo que en el derrumbe de Huanu Huanuni estábamos en vivo y, por la premura de salir al aire, yo relaté muy alejado del tema y en ese momento alguien me jaló del brazo y me dijo, entre llanto, “se está cayendo mi casa”. Ese rato me callé y me puse mal, no te da opción a fingir porque te toca lo humano. O cuando estuve en las protestas de médicos y estudiantes y lanzaban canicas a los policias. El miedo y el temor se confunden con la necesidad de protegerme y proteger al camarógrafo que me acompañaba. Son experiencias que no puedo olvidar.
— ¿Cuáles son sus perspectivas?
— En este momento quiero ver crecer a mi wawita, es lo más lindo de mi vida, y quiero seguir en esto que me gusta que es la televisión y la radio. Tengo que darle tiempo a mi cachorro, por lo que tengo que posponer algunos proyectos en televisión y en mi productora independiente. Por ahora lo demás está en espera y es el momento de la euforia por el nacimiento de mi hijito, se llama Samuel, como el profeta de la Biblia.// La Razón (COM)
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