El tetracampeonato de Brasil llegó en la Copa del Mundo de 1994, que por primera vez fue testigo de un campeón en la definición de los tiros penales. La calidad del fútbol se parecía a la decadencia: había muchos partidos mediocres, incluso las normas nuevas no evitaron que Brasil e Italia lleguen a definir un Mundial en los lanzamientos desde las 12 pasos.
Italia inició la Copa con derrota de 1-0 ante Irlanda. En el segundo juego venció 1-0 a Noruega e igualó 1-1 contra México. Se anotó en los octavos de final, donde el rival fue Nigeria, que ganó su grupo en la primera fase. La Azurra perdía 1-0 con los africanos, luego igualó con tanto de Roberto Baggio y en el tiempo extra llegó el desnivel con un penal del propio Baggio. En los cuartos de final el triunfo fue de 1-0 contra España y en la semifinal ganó 2-1 a Bulgaria, que fue la revelación del campeonato.
Brasil tenía un poder ofensivo impresionante con Romario y Bebeto en su mejor momento. Aun así, los brasileños no anotaron muchos goles: 2-0 y 3-0 contra Rusia y Camerún, respectivamente, y un empate 1-1 ante Suecia, que les dio la primera plaza del grupo .
En octavos, los brasileños derrotaron por 1-0 a EEUU, pero en cuartos de final jugaron el mejor partido del torneo contra un fuerte equipo holandés que fue derrotado por 3-2, con goles de Romario, Bebeto y Branco.
En la semifinal los brasileños estaban otra vez frente a Suecia y los escandinavos fueron derrotados por 1-0 con un gol de Romario.
Brasil estaba en su primera final de la Copa del Mundo desde 1970 y esto en gran parte silenció a los muchos críticos brasileños del equipo que cuestionaban el estilo de juego de su seleccionado.
El estadio Rose Bowl, de Los Ángeles, fue sede de la final entre brasileños e italianos. El partido entre dos países que se disputaban ser cuatro veces campeón del mundo fue una gran decepción.
Ambas selecciones lucharon por el control del juego sin que ninguno llegue a ese objetivo en los 90 minutos y en la prórroga. En la tanda de los penales también comenzaron fallando: Baresi, para Italia, y Marcio Santos, para Brasil. Con el tanteador 2-2, un disparo de Daniele Massaro fue salvado por Taffarel, y luego el capitán brasileño Dunga anotó el 3-2. El disparo de Roberto Baggio era crucial, ya que estaba obligado a marcar, pero su tiro fue por encima de la meta y Brasil se consagró campeón del Mundo por cuarta vez en su historia.
Romario y Dunga no se cambiaban por nadie al levantar la Copa, mientras que un inconsolable Baggio lloraba como un niño en la cancha.
"Fue el Mundial de Romario. Lo dije y lo cumplí. Soy tetracampeón y el mejor del mundo. Hablo y cumplo, para tapar la boca a muchos que me criticaban”.
Romario, luego de ser elegido el mejor jugador
"No fallé el penal por causa de una lesión. Hice lo que siempre hago, pero la pelota se fue para arriba en el último disparo”.
Roberto Baggio, sobre el lanzamiento errado en la final contra Brasil// Página Siete (BO)
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