El libro “El Canalla. La verdadera historia del Che” es provocativo. La frase original hablaba de la victoria, pero la ironía se basa en que la vida del “Che” fue una estética del fracaso. Como médico nunca ejerció, como guerrillero comandó tres aventuras en Argentina, el Congo y Bolivia y en las tres fracasó rotundamente, y como ideólogo del marxismo nadie jamás lo tomó en cuenta.
El abogado y escritor argentino Nicolás Márquez destaca que el Che Guevara tuvo varios elementos a su favor para pasar a la historia: “Primero y aunque parezca una frivolidad, porque tenía presencia. Segundo porque murió joven. Tercero por ser de izquierda. Si hubiese estado a la derecha del espectro compartiría la fama de genocida de un Videla, pero por ser “revolucionario” se lo disculpa de sus errores y horrores.
“En mi libro cito muchas cartas que demuestran su desprecio por el género humano. A los bolivianos los describe en su diario como animalitos”, apunta Márquez.
“La vida del ‘Che’ fue una estética del fracaso”
Existen muchos personajes cuya imagen pública ha sido convenientemente distorsionada por la historia oficial. El caso de Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el Che es especial, pues aquellos que más se alegraron de su muerte se encargarían también de explotar el mito del perfecto revolucionario. Cuarenta años después, el periodista argentino Nicolás Márquez desenmascara al sanguinario carnicero en su libro El Canalla. La verdadera historia del Che.
Mario Camoirano Correo: La frase “hasta la derrota siempre” que aparece en la tapa del libro llama la atención. ¡El “Che” la pronunció?
Nicolás Márquez: El libro es provocativo. La frase original hablaba de la victoria, pero la ironía se basa en que la vida del “Che” fue una estética del fracaso. Como médico nunca ejerció, como guerrillero comandó tres aventuras en Argentina, el Congo y Bolivia y en las tres fracasó rotundamente, y como ideólogo del marxismo nadie jamás lo tomó en cuenta.
C: ¿Y la revolución cubana?
NM: Ese es el triunfo de Fidel. El Che sólo fue comparsa de un personaje infinitamente más talentoso. Lo que pasa es que su muerte ayudó a crear el mito y elevarlo a la condición casi de santo laico. Se lo venera en parte precisamente porque no se le conoce. Es un fetiche propagandístico.
C: ¿Y cómo se transforma a un personaje fracasado en este mártir del comunismo inmortalizado en la famosa foto de Alberto Korda?
NM: Hay varios elementos. Primero y aunque parezca una frivolidad, porque tenía presencia. Segundo porque murió joven. Tercero por ser de izquierda. Si hubiese estado a la derecha del espectro compartiría la fama de genocida de un Videla, pero por ser “revolucionario” se lo disculpa de sus errores y horrores. Por último, murió luchando y de allí la frase tan trillada de “yo respeto al “Che” porque murió por un ideal”, que en realidad es muy tonta porque no importa tanto cómo murió sino cómo vivió. Con el mismo argumento se podría terminar elogiando a los terroristas que estrellaron los aviones contra las torres gemelas.
C: ¿Cómo se transformó el “Che” de mochilero a guerrillero?
NM: Guevara no era un personaje politizado en absoluto. En toda su vida universitaria jamás militó en política. Tenía una suerte de simpatía por la izquierda del lado materno (un tío llego a presidir el partido comunista argentino) maquillada con la aristocracia decadente y afrancesada del lado paterno. Guevara era el pariente pobre en un mundo de ricos. Su acercamiento al marxismo se produce en Guatemala, cuando conoce y se casa con la aprista peruana Hilda Gadea. Y fue su esposa quien le presenta a Fidel Castro. Cuando lees sus cartas queda de manifiesto alguien sin rumbo. Alguien criado sin autoridad paterna, cuando se encuentra con un personaje tan carismático e imperativo como Fidel, se le termina subordinando. Además, familiarizarse con el marxismo más elemental le dio una rigidez y un norte; y eso explica también su fanatismo.
C: ¿Y cómo se transforma el guerrillero en el canalla sanguinario?
NM: En el libro transcribo muchas cartas previas a su viaje a Cuba donde manifiesta cierta inclinación violenta. Él decía, por ejemplo, que sus amigos lo seguirían siendo mientras pensaran como él. Cuando presencia un bombardeo en Guatemala durante la guerra civil lo califica como el espectáculo más maravilloso del mundo. Lo que cambia cuando conoce a Fidel es que la violencia epistolar pasa a ser fáctica. A mi juicio se nota en todo momento un odio interior infernal. La violencia política le proporciona una suerte de catarsis.
C: ¿Es verdad que se identificaba con Stalin?
NM: Firmaba con el seudónimo de Stalin II. En su diario de Sierra Maestra cuenta con nombre, apellido y circunstancias, y con lenguaje médico, cómo fusila a sus subalternos por simple indisciplina. Pero además, estos fusilamientos no sólo los ordena sino que él mismo los ejecuta. Esto Castro lo advierte y por eso cuando triunfa la Revolución lo pone al frente de un gulag llamado “La Cabaña” donde se producen una 1,000 ejecuciones y en las que el “Che” participa directamente en 175. Combinando la propaganda y el terror represivo a modo de tenazas, Guevara pensaba que a la larga lograría transformar la naturaleza humana y por fin fabricar el “Hombre Nuevo”. En esa concepción no cabían, por ejemplo, los homosexuales y fue el “Che” el que creó el primer campo de concentración para estos “desviacionismos”. No deja de ser paradójico que cuando en Argentina los homosexuales salían a protestar a favor de las uniones civiles portaran una figura del “Che”. Eso te da una idea de cuánta gente venera un personaje sin saber lo que está idolatrando. Es como ver a un judío portando una esvástica.
C: ¿Cuál es la verdadera historia de la salida de Guevara de Cuba?
NM: Hay una sumatoria de casos, pero hay un punto de inflexión en la relación entre el “Che” y Castro. Cuando se produce la crisis de los misiles y finalmente Kruschev decide retirarlos, Guevara se siente traicionado por los rusos y comienza a acercarse al comunismo chino y a despotricar del “imperialismo soviético” en cuanto foro internacional se presentara. Castro, que no es tonto, no le interesaba el conflicto ideológico Moscú? Pekín, sino quién era el que ponía la plata. Cuando lo encara, el “Che” termina renunciando a la ciudadanía cubana y se va a pelear al Congo.
C: ¿De dónde Fidel lo tiene que rescatar?
NM: De otro de sus fracasos militares e inmediatamente después decide ir a Bolivia, que creo no era su destino final. Yo pienso, como muchos, que apuntaba a trasladar la revolución a la zona fronteriza con Argentina. Pero toda la campaña revela lo pésimo estratega que era Guevara. En Bolivia ya se había efectuado la revolución agraria y vivía uno de sus pocos periodos democráticos con un Presidente elegido por los campesinos. Era el voluntarismo con el que pretendía llevar adelante sus aventuras revolucionarias. No me cabe duda de que Fidel lo apoyó lo suficiente como para entusiasmarlo, pero también se aseguró de que ya no volviera. Por ejemplo, le aseguró el apoyo del partido comunista boliviano a sabiendas de que éste no se involucraría, más aún cuando eran moscovitas.
C: Un canalla es alguien ruin y despreciable. ¿Realmente el “Che” se merece el apelativo?
NM: Es un juego de palabras con el nombre con que se conoce a los hinchas del club de fútbol Rosario Central. En mi libro cito muchas cartas que demuestran su desprecio por el género humano. A los bolivianos los describe en su diario como “animalitos”, de los indios argentinos dice que es más agradable el olor a excremento de vaca, de los africanos dice que son negros porque no se bañan. Hay una desvalorización constante del otro en su actuar concreto. Fue un hombre despiadado.
PORTADA DEL LIBRO: EL CANALLA, LA VERDADERA HISTORIA DEL CHE
DATOS
- El periodista y escritor marplatense Nicolás Márquez es también autor de otras obras como “La otra parte de la verdad”, “La Mentira Oficial”, “El Vietnam argentino” y “Chávez, de Bolívar al narcoterrorismo”.
- Por su trabajo ha sido premiado en el año 2004 con el premio “Jóvenes periodistas del futuro” (otorgado por la Fundación Global) y en 2005 ha sido distinguido con el premio “Jóvenes líderes” (otorgado por la liberal Fundación Atlas).
- Nicolás Márquez nació en Mar del Plata en abril de 1975, es periodista, abogado y escritor. Ha colaborado en medios como Ámbito Financiero, La Nueva Provincia, la agencia Notiar y con el Hispanic American Center for Economic Research de Washington DC.// El Diario
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