Verónica Boquete (Santiago, 1987) se ha convertido en la sensación del fútbol femenino español. La delantera gallega fue nombrada en agosto mejor jugadora de la Women’s Professional Soccer, la Liga profesional de fútbol femenino estadounidense, que se disputa en primavera y verano y que está considerada la más potente del mundo. Boquete, que militaba en el Philadelphia Independence, se impuso en la votación a la brasileña Marta, una leyenda de este deporte y Balón de Oro los últimos cinco años. "Ha sido increíble. Ganar a Marta le da mucho más valor al premio, aunque ella es la mejor del mundo", señala a 20 minutos la española, que ha vivido su particular sueño americano.
"España es machista"
"Ser deportista en EE UU es otro mundo. Da igual que seas hombre o mujer, las posibilidades son las mismas. Allí hay una gran cultura deportiva y cuentan con el apoyo de los medios. Somos profesionales. La gente nos respeta y no nos consideran un grupo de amigas que nos reunimos a jugar los domingos", opina. "No tiene nada que ver con lo que pasa en España, que es un país machista", añade.
El camino de Boquete hacia el éxito no ha sido sencillo pese a que siempre ha contado con el apoyo de su padre, técnico del fútbol base gallego, y su "mejor entrenador".
Una temporada sin jugar
A los seis años, una normativa que prohibía los equipos mixtos la dejó una temporada sin jugar. "Al final logramos cambiar la norma", recuerda esta trotamundos del fútbol, que explotó la pasada temporada en el Espanyol, donde llegó en 2008 procedente del Prainsa Zaragoza. En el club blanquiazul, la santiaguesa deslumbró con 41 goles en 26 partidos, unos números mejores que los de Messi o Cristiano Ronaldo. "Es mérito de mis compañeras", dice Boquete, para quien el delantero del Barça es su "referencia" y "el mejor del mundo". Ahora, la internacional ha puesto rumbo al Energy Voronezh ruso para jugar la Champions: "Es el momento de seguir creciendo en una Liga profesional y vivir del fútbol".
"El 21 lo llevo por Jarque"
Cuando Verónica Boquete aterrizó en el Espanyol le tocó lucir el dorsal 21. "Al principio no me gustaba mucho y quería cambiarlo, pero pasó lo de Jarque (falleció en agosto de 2009 de un ataque al corazón) y me lo quedé. Me ha dado mucha suerte y ahora lo llevo por él", desvela.
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