En la ciudad de Cochabamba, sólo 30 lenocinios funcionan de manera legal y unos 150 de forma clandestina, informó Juan Carlos Saravia, funcionario de la Jefatura Moral y Eventos Públicos de la Intendencia.
En esta ciudad está permitido el funcionamiento de lenocinios con base en la ordenanza 2244/98, que los legaliza, pero bajo ciertas condiciones, como que deben estar ubicados a más de 200 metros de colegios, centros médicos, iglesias, hogares de ancianos, cuarteles, internados, reformatorios, bibliotecas, teatros, museos y parques infantiles.
La norma también estipula que estos locales deben ser aireados, contar con mobiliario, casetas de control y camerinos, entre otros requisitos.
Según Saravia, pese a que los lenocinios están permitidos bajo esas condiciones, los dueños de estos establecimientos prefieren la clandestinidad.
“Se mueven de un lado a otro, si están un día en un lugar determinado a la semana se cambian, aparecen en otro lado, con otro nombre y es muy difícil identificarlos. Dos meses salen de la ciudad y se van a provincias, vuelven por otra temporada, algunos funcionan sólo de madrugada”, detalló el funcionario.
Anunció que su unidad ajustará los controles y verán “qué medidas tomar, notificar hasta llegar a la clausura, si es el caso, los lenocinios ilegales pasarán al departamento jurídico para que sus dueños sean procesados”.
La Razón
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