José Mourinho es un entrenador polémico. Aunque él no quiera. "Rezo mucho, soy católico, creo en Dios e intento ser buena persona de modo que Él pueda dedicarme un poco de su tiempo para echarme una mano cuando lo necesito", ha reconocido el técnico del Real Madrid. Sin embargo, en tres meses de temporada ha irritado a entrenadores y jugadores rivales y ha criticado duramente a sus propios hombres.
Desde pequeño a Mourinho le gustaba controlarlo todo y con 15 años ya ejercía de ojeador para su padre, Félix Mourinho, director técnico del equipo luso Vila do Conde. "El fútbol es mi vida. Apenas conozco Madrid. Voy de Valdebebas a casa y de casa al Bernabéu". Esta seriedad y compromiso es la que imprime a sus equipos. Y también al Madrid.
Los jugadores le defienden a muerte porque les quita la presión de encima y la centra en él, a pesar de que haya dicho de Benzema que «puede aprender desde el banquillo", de Pedro León que "no es Zidane, Di Stéfano o Maradona", de Canales que "sabía que iba a jugar mal" contra el Murcia en Copa y de que se negara a una petición de Casillas, el capitán, para retrasar la hora de los entrenamientos matutinos.
Los resultados avalan a The Special One, como se le conocía en Inglaterra. El domingo en El Molinón firmó el mejor arranque liguero de la historia de la Liga de los tres puntos: 9 victorias y 2 empates.
Sin embargo, Florentino Pérez, presidente blanco, ha tenido que rectificarle dos veces. La primera, cuando quiso entrenar a Portugal dos partidos y, la segunda, cuando afirmó que ningún madridista iría a recoger el Príncipe de Asturias a la roja.
Todos sus rifirrafes
Los rifirrafes con sus contricantes son todavía más habituales. El más reciente, con Preciado, de quien afirmó que "había regalado el partido contra el Barça".
Ante el Murcia le dijo al árbitro Paradas Romero: "Vete a la mierda". A Pochettino le mandó callar en el Bernabéu, de Manzano dijo que no sabía quién era, recordó al Milan su triplete con el Inter, increpó al levantinista Del Horno y son famosos sus intentos de pinchar a Pep Guardiola.
Estando Mou por medio, ¿alguien apostaría a que la madre de todas las polémicas no está aún por llegar?
Llantos y SMS con sus jugadores
Mourinho dejó huella a su paso por el Reino Unido y por Italia. Sobre todo, entre sus jugadores. En el Chelsea, sólo Abramovich, el dueño, se enteró antes que Lampard y Terry de que el portugués se marchaba. Los dos recibieron un mensaje de texto para que lo supieran. Y en el Inter de Milán rompió a llorar al despedirse de Materazzi, con quien se fundió en un abrazo, tras la final de Champions ganada.
Defensores
Iker Casillas (Portero y primer capitán del Real Madrid). Defendió a Mou al final del encuentro contra el Sporting: "Para mí mi entrenador siempre tiene razón". Este martes aseguró que "es la mejor persona que conozco".
Di Stéfano (Presidente de honor del Real Madrid). Sobre la polémica con Preciado afirmó: "La única bronca que tienen es que Mourinho está triunfando".
Butragueño (Director RR. Institucionales del Real Madrid). "No le fichamos para hacer amigos, sino para que haga al equipo campeón".
Messi (Jugador del Barça). "Mourinho está cambiando un poco la cara al Real Madrid".
Detractores
Manolo Preciado (Entrenador del Sporting). En respuesta a la acusación de Mourinho de dejarse ganar frente al Barça, le llamó "canalla y mal compañero".
Pep Guardiola (Técnico del Barça). Aún no ha querido entrar en la guerra dialéctica del luso: «No merece la pena hablar de Mourinho".
Luis García (Entrenador del Levante). Después de que Mourinho se metiera con Del Horno, dijo: "No puedo permitir que el técnico contrario le diga nada a un jugador mío".
Vía: 20 Minutos
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